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 domingo, 16 de noviembre de 2003

Una polémica sustentada por posiciones irreconciliables

La propuesta del diputado socialista Rubén Giustiniani (ahora senador electo) para ampliar las causales del aborto legal en Argentina levantó una polémica que crece desde el mismo momento en que el proyecto ganó la calle -en noviembre de 2002- y que ahora está a consideración de la Cámara baja.

A la discusión de sumó la ley de salud sexual reproductiva que impuso la cartera sanitaria nacional por la que se obliga a los centros de asistencia estatales y privados a suministrar anticonceptivos, al tiempo que establece un sistema de información, al alcance de los adolescentes.

Actualmente, el aborto en Argentina es legal en dos casos concretos: cuando la vida y la salud de la madre están en peligro y cuando el embarazo resulta de una violación de una mujer minusválida mental.

El proyecto de Giustiniani propone que también sea legal cuando peligre la salud física o psíquica de la madre; cuando el embarazo sea resultado de cualquier violación, y cuando la vida extrauterina del feto es juzgada inviable por un diagnóstico médico (como en los casos de anencefalia).

La posición de los médicos es aún más comprometida. Aunque 8 de cada 10 ginecólogos, según estadísticas, están de acuerdo en que despenalizar el aborto reduciría las muertes, el apoyo disminuye si se trata de permitir abortos por una decisión autónoma de la mujer, con sólo 38.5 por ciento.

Sólo 28 por ciento de los ginecólogos apoyan la idea de recurrir al aborto para proteger la salud mental de las mujeres.

En Santa Fe, la intención del ministro de Salud Fernando Bondesío de que los médicos denunciaran los casos de abortos clandestinos cuando deben atender las secuelas en los hospitales despertó un rechazo tan rápido como contundente y debió dar marcha atrás. Terminó admitiendo que se respetará el secreto confidencial de los médicos y su confidencialidad.

La cuestión es tan urticante que dividió las aguas en el Congreso Nacional de Mujeres que se hizo en septiembre último en Rosario, en cuya finalización de concretó una marcha para pedir "anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir".

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