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 domingo, 16 de noviembre de 2003

El Episcopado exhortó a instaurar "una justicia largamente esperada"
La Iglesia cargó contra un proyecto nacional para despenalizar el aborto
El plenario de obispos condenó iniciativas legislativas que tachó de "inaceptables y totalitarias"

La Conferencia Episcopal Argentina expresó ayer su preocupación por la existencia de proyectos de ley que "pretenden legalizar el horrendo crimen del aborto", y calificó de "inaceptables y totalitarias" aquellas leyes que tienden a imponer planes de educación sexual en las escuelas sin tener en cuenta el derecho de los padres.

Tras advertir que en la Argentina hay muchas familias en el "desamparo y el abandono", producto de las condiciones de "extrema pobreza e incluso de miseria", los hombres de la Iglesia exhortaron a instaurar con urgencia "una justicia demasiado largamente esperada" y a promover "la cultura del trabajo, requisito necesario para un futuro más humano".

El Episcopado hizo estas observaciones en el documento "Familia, comunión de amor, tarea de todos", que presentaron ayer al cabo de las deliberaciones de la octogésimo sexta asamblea plenaria que, desde el lunes último, sesionó en la casa de ejercicios María Auxiliadora de la localidad bonaerense de San Miguel.

Al comienzo de la asamblea, el presidente del Episcopado, monseñor Eduardo Mirás, adelantó el espíritu de la declaración al fustigar a los organismos internacionales que "buscan desalentar o impedir el crecimiento humano" de los países pobres a través del "desarrollo de una mentalidad anti-vida".

En este marco se anunció, además, que pasado mañana se difundirá otra declaración en la que la Iglesia argentina sentará posición frente a las consecuencias que podría traer aparejada la firma del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (Alca).

El más de un centenar de obispos hizo en el texto una suerte de autocrítica de su acción en materia de pastoral familiar, al reconocer que "hubo deficiencias en la atención y acompañamiento de las familias" y fue "insuficiente" lo hecho en materia de predicación, catequesis y la educación escolar.

También reconocen falencias en "orientaciones morales a veces no plenamente concordes con la enseñanza de la Iglesia, en la ausencia de consideración de temas indispensables para la convivencia familiar, como la castidad conyugal -recta vivencia de la sexualidad- y el mutuo respeto debido entre sus miembros, especialmente con relación a la mujer".

No obstante, los hombres de Iglesia dicen estar "persuadidos de la inestimable importancia de la familia", por lo que pretenden subsanar esas deficiencias con "una pastoral orgánica que la revalorice, y en ello comprometer lo mejor de nuestros esfuerzos para atenderla y ayudarla siguiendo las orientaciones del documento «Navega mar adentro» (texto que traza los desafíos a encarar por la Iglesia los próximos años)".

El pronunciamiento episcopal pone el acento, asimismo, en el "sacramento" del matrimonio como fundamento de la familia, y recuerda que este debe estar constituido por "la unión estable, perdurable, entre un varón y una mujer que comparten un proyecto común abierto a la comunicación de la vida".

Por estas razones, la Iglesia advierte que a la familia "no se la puede equiparar con otro tipo de unión", en clara alusión a las uniones civiles y a la convivencia que caracteriza a muchas de las parejas argentinas.


Defensa de la vida
Además de insistir en que "la vida humana, realidad preciosa y sagrada, debe ser respetada desde su concepción hasta su fin natural", tal como lo reconocen la Constitución Nacional y las de muchas provincias, el Episcopado asegura que "las leyes deben cuidar y defender la vida, el primero de los derechos humanos -inalienable e irrenunciable- y su santuario que es la familia".

Insta sobre el particular a quienes tienen la responsabilidad de legislar a que lo hagan en un "ámbito de un análisis sereno, abierto a la verdad y respetuoso del bien común de la sociedad, conscientes además del valor educativo que tienen las leyes. Una ley justa ennoblece y promociona a la sociedad".

"Esto lo reiteramos preocupados por la existencia de proyectos de ley que pretenden legalizar el horrendo crimen del aborto", precisan los obispos en el texto, al tiempo que consideran "inaceptables, y a veces totalitarias, las leyes que tienden a imponer planes de educación sexual en las escuelas sin tener en cuenta el derecho primario y natural de los padres a la educación de los hijos y sin referencia a los valores morales y religiosos".

Piden en otro punto "recrear la convivencia familiar", dado que "por su vocación original es escuela de humanidad, de sociabilidad y de amor", por lo que se convierte "así en remedio por excelencia para superar los efectos nocivos del desamparo y del abandono, con trágicas consecuencias de violencia, delincuencia y adicciones, que sufren especialmente los jóvenes". (DyN y Télam)

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Monseñor Mirás durante la celebración de la misa.

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