| domingo, 16 de noviembre de 2003 | Universidad Una flamante mirada sobre la idea de contar historias Reflexiones sobre la muestra de videos de la Escuela de Comuicación Social de la UNR Hernán Lascano - Orlando Verna / La Capital Las instancias de formación en cualquier campo profesional tienen su teoría, y su práctica comúnmente queda circunscripta al íntimo círculo del profesor y los alumnos. Excepto cuando gracias a la madurez del proceso aflora la necesidad de romper esos límites y mostrarse es el mandato final. La exposición de videos realizados por los estudiantes de la Escuela de Comunicación Social (ECO) de la Universidad Nacional de Rosario que tuvo lugar en el Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC) la semana anterior dejó dos cosas en claro: que la creatividad no conoce de currículas; que el mercado local es muy acotado para tantas miradas por venir; y que el semillero está en su mejor momento.
Los 26 trabajos de video presentados pertenecen a la cátedra Taller de Producción II de la carrera mencionada, fueron realizados en su totalidad por los alumnos con autofinanciación y exhibidos ante sus pares, familiares, amigos y profesores en pantalla gigante en el CEC.
Más allá de las infinitas posibilidades expresivas del formato VHS, los videos de la ECO se destacan por su intención narrativa. Sean estos documentales o de ficción, todos tienen un objetivo claro a la hora del relato y bucean en la profundidad de un discurso audiovisual dirigido a la narración. La falta de trabajos "conceptuales", es decir aquellos que dan cuenta de una idea y no de una historia, ofrece la pauta cierta de esta intencionalidad comunicativa.
Por las cualidades de los relatos, los temas abordados o sus detalles técnicos, los videos fueron dispares en realización y atractivo. Lo común y lo valioso es que en un primer nivel todos revelaban una comprensión de la sintaxis audiovisual y un propósito narrativo largamente logrados. Algo que los docentes, que debían evaluar esas capacidades en sus alumnos, habrán considerado antes que nada. Pero además los trabajos, sea en género periodístico o ficcional, demostraron reiteradas habilidades en el manejo de recursos como la ironía, el gesto sutil, el humor o el absurdo, cargando de novedad a los argumentos. El uso de estos recursos, que mal dispuestos pueden saturar los ejes del relato, se ponen al servicio del principal cometido: contar una historia.
Alcanzados esos objetivos, la reflexión se posa sobre el proceso que permitió esa impronta. Y ahora no solamente los protagonistas son los estudiantes sino también los maestros. "Somos una nueva generación de docentes que arribó a la universidad con el advenimiento de la democracia y teníamos no mucha formación docente aunque mucha experiencia de trabajo", relata Elbio Córdoba, profesor titular de la cátedra, compartida con Gerardo Martínez Lo Ré. "Fuimos aprendiendo a ser docentes y hoy hemos llegado a un punto de madurez que se expresa en la muestra".
Para Córdoba, "las experiencias pedagógicas estaban destinadas al archivo y nunca a la exhibición, y el objetivo era romper con ese drama". Ahora la posibilidad de mostrar los trabajos "acerca a los estudiantes a otra faceta del proceso audiovisual. Siempre trabajamos en la preproducción, la producción en sí misma y la postproducción. Ahora llegamos a la exhibición. Nos falta todavía intentar una mínima distribución". El profesor se anima cuando habla de la necesaria experiencia de mostrar, de la relación pantalla-espectador que resulta irremplazable en la formación del nuevo comunicador.
En contraposición, Córdoba espera que el tiempo cumpla con su cometido de abrir el juego en la televisión de Rosario. "Con programas que cumplen 20 años, la tele ha ocupado muy bien sus espacios, pero también se los ha quitado a otros emprendimientos", expresa casi con respeto. "El resultado es que la mayoría de los chicos que quieren dedicarse al trabajo audiovisual acaban haciendo cine independiente en vez de televisión". En defensa de sus cachorros, Córdoba alienta: "Esta no es una mirada rebelde, ni renegada ni resentida. Apunta a otros lugares que los medios de comunicación dejan de lado. Y es un espacio que merece ser visto".
Difícilmente pueda hacerse una revisión sumaria de la muestra. Lo cierto es que para su producción los videos fueron divididos en dos géneros: documental y ficción. Entre los primeros aparece una mirada particular sobre la ciudad con buenas dosis de aspectos identitarios de una Rosario por filmar. La música no solamente es una forma de ser para los jóvenes sino que se convierte en inspiración creativa para "Rosario es el rocanrol" y "La Trova". En esta última sorprenden las imágenes de archivo sobre el colectivo artístico que llevó ese nombre y esa marca a Buenos Aires. El río tiene su turno con "La vida en la isla" y "Un rosario de victoria", y el fútbol el suyo con una investigación periodísctica sobre los males de vivir cerca de los estadios con el nombre de "Vecinos de la cancha". Un compromiso político de cambio se huele en "Angel de lata" luego de que "Sex Shops" abriera muecas de risas, vergüenza ajena y curiosidad.
El dolor y la muerte se ven las caras en "Emergencias", "Q.E.P.D" e "Inundación en Santa Fe", mientras que el amor y la pasión se sacuden con "Infidelidad", una reflexión antropológica sobre el sexo y la propiedad del placer. Las drogas no escapan a la preocupación de los estudiantes y "Despenalización de la marihuana" hasta desata algunos aplausos de complicidad, mientras que "El rol de las mujeres en las religiones" es un objeto demasiado grande para un corto con visos reivindicatorios.
Una bisagra entre el documental y la ficción la ofrece "Luz roja", un trabajo premiado (ver aparte) que combina secuencias de malabaristas callejeros con un musical ad hoc. La imaginación hace el resto en "La terminal", "Afección", "Es hora de dormir" y "Desde el silencio", algunas con intensos trazos de misterio y locura. La facu es el tema y el escenario de "Estudiante del interior", la vida por Internet se cuela en "El sonido del amor" mientras que "Revolviendo ilusiones" choca por una sospechosa concepción ideológica sobre la pobreza. La composición y la animación digital tampoco faltan a la cita con "Y punto (Carlos Rodríguez)" y "La maldición de Gary".
Finalmente, el humor, la creatividad y el desparpajo se mezclan para generar los mejores resultados. por lo menos, en la aceptación del público. "Historias de bar" se rie de las ilusiones estudiantiles con la colaboración de Julio César Orselli y Miguel Angel Tessandori; "Axel Rosa, un salvaje de acá" retrata a un rocker aborigen; y "Fenómenos paranormales" se llevó las palmas por su frescura y su ingenio.
Ver a estos realizadores primerizos intercambiando experiencias, dándose ánimo y siendo espectadores recíprocos de sus más que aceptables producciones es, hay que decirlo, un logro de la universidad pública. Ha sido siempre idiosincracia de las realizaciones argentinas compensar recursos económicos y técnicos mínimos con imaginación y esfuerzo. Y acá hay logros que pueden sorprender: las historias de los estudiantes del taller son producciones de TV que merecen verse en TV. Sería una pena confinar a un estante de la facultad y privar de difusión masiva a estos trabajos que contribuyen al acervo de la memoria local. Es que los audiovisuales son mayormente realizaciones que tratan de lugares, historias, personas y objetos que están y circulan por Rosario. El nivel no defraudará a quienes tengan la posibilidad de mostrar masivamente, en algún canal, las cosas que se hacen por aquí y que serán reconocidas por quienes, ojalá que sí, lleguen a verlas.
Pero las satisfacciones para la gente de la ECO no acabaron con la muestra. Mientras el CEC se colmaba de estudiantes, profesores, amigos y familiares, algunos de los videos viajaban a la ciudad de Paraná para participar del I Concurso Nacional de Video Documental "La mirada insiste", organizado por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Y el viaje valió la pena porque "Luz roja", de Patricio Abratti, Francisco Bergamaschi, Ma. Soledad Bricchi, Ma. Silvia Chaín, Lorena Maricel Compañs y Francisco Sanguinetti ganó el tercer premio, mientras que fue distinguido con una mención especial "La Trova", de Gustavo Bracco, Elías Cachi, Alejandro Lucero, Diego Núñez de la Rosa, Yamile Orban, Leandro Papini y Alejandro Rampoldi. enviar nota por e-mail | | |