| miércoles, 12 de noviembre de 2003 | Argentino perdió con el líder Barracas 1 a 0 Mariano Bereznicki / La Capital Ya no hay tiempo para lamentos. Lo que tenía que hacer, no lo pudo realizar y no hay vuelta atrás. El único consuelo que tiene por estas tristes horas, es que dejó todo en la cancha y fue el único equipo que intentó, con algunas torpezas, buscar en todo momento el arco del vigente líder. Tal vez haya quienes intentarán adivinar cómo hubiera terminado esta historia si al goleador Pablo Vázquez no lo hubiesen expulsado apenas empezó el partido. Pero entrar en el campo de las suposiciones, hoy por hoy, no tiene ningún sentido porque Argentino ya perdió con Barracas Central 1 a 0, y, como dijo Pablo Marini, dejó escapar una gran chance para acortar diferencias entre uno y otro.
Otra vez será. O no. Argentino no ganó el partido que debía ganar para seguir con serias chances de pelearle palmo a palmo el liderazgo al cómodo puntero que tiene la divisional.
No basta con encasillarse en que hizo todo el mérito para quedarse con, al menos, un puntito. Porque la obligación era sumar las tres unidades juntas si es que deseaba continuar siendo uno de los principales protagonistas de este torneo.
Si bien es cierto que los salaítos aún mantienen intactas las chances de luchar por el título, hay que destacar que la realidad indica que la derrota de ayer los relegó un poco.
Quizá el primer error fue entrar en el juego sucio que implementó desde el vamos el líder. Manotazos de acá y allá fueron el común denominador. Y en estos tipos de partidos, la experiencia juega siempre a favor.
Porque Astudillo lo buscó a Pablo Vázquez, y el goleador respondió con un golpe, fruto por el cual se tuvo que ir a las duchas sin haber casi transpirado.
Fue entonces que Argentino sintió esa importante baja porque se había quedado sin su as de espadas. Entonces, el resto de los albos tuvieron que hacer un gasto extra. Y eso terminó jugándole en contra.
Barracas Central especuló y no se desesperó por ir en busca del gol. Los tres del fondo se mantuvieron casi pegados en todo momento. Inclusive, aplicó una celosa línea delante de los defensores. Estaba claro que el objetivo número uno era no descuidarse atrás.
Y en medio de este contexto se encontró con un gol. Milano asistió de primera a Ariel Delgado, quien sin dudar clavó un zapatazo desde 25 metros y dejó a Andrada sin chances de reaccionar. Golazo.
En la segunda etapa los albos prosiguieron, ya con ciertos signos de cansancio, con el dominio. Pero no pudieron quebrar la férrea defensa y terminaron chocando con su propia voluntad. Y eso que Andrada evitó el segundo luego de atajarle un penal a Steinbach.
Y así fue hasta el pitazo final. Dejando todo en cada pelota ante un rival que no gravitó, pero que por algo es el cómodo líder del torneo. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Frete le gana en el cabezazo a Gauna. | | |