| domingo, 09 de noviembre de 2003 | Central quiere acortar distancias con la punta Visita a Arsenal pensando en seguir de cerca a Boca Alejandro Cachari / La Capital Es la sexta parte de un sueño. Es una de las seis piezas que restan para armar una historia que puede hacer historia. Central visita a Arsenal en el Cilindro con la impostergable necesidad de abrochar tres puntos trascendentes de cara a la batalla final por el título. Justo el mismo día y casi a la misma hora que el ahora falible líder Boca se jugará gran parte de su credibilidad frente a River. Un par de horas antes que San Lorenzo intente someter los antecedentes del Cementerio de los Elefantes, escenario donde Colón intentará barajar y dar de nuevo después de chocar con la realidad de los resultados que se devoraron el ciclo del Patón Bauza.
Central no juega sólo en la cancha de Racing y frente a Arsenal. Ya recibió una buena noticia el viernes cuando Newell's empezó a despedirse con un empate insuficiente. En tanto, Quilmes y Banfield, prejuicios incluidos, no parecen ser rivales en la carrera final. Toda una introducción para demostrar, por si hacía falta, que el equipo de Russo va a jugar en varias canchas a la vez. Con algunos resultados puestos y otros por poner.
Nadie podría soslayar el ítem más importante: Central debe asegurarse lo suyo para después esperar ayudas de otros. Pero primero debe ayudarse solo. Y de hecho, tiene con qué.
Será un partido muy similar al que jugó con Quilmes. Sólo puede ser distinto si un gol cambia la tendencia de la lógica. Esto es, una conquista que destrabe un desarrollo que se prevé con dos claras posturas. Arsenal, parado de contra y esperando para romper los circuitos canallas. Central, cuidando la pelota como un tesoro e intentando encontrarle la vuelta a una defensa que resulta compleja a la hora de vulnerarla.
Existe un ejemplo claro y reciente para demostrar que el conjunto de Sarandí puede ser muy complicado como accesible. Sólo es suficiente retroceder dos fechas para comprobar cómo San Lorenzo, en el mismo escenario de esta tarde, simplificó todo cuando Alberto Acosta pudo empujar al gol un centro de Morel Rodríguez antes del primer cuarto de hora. De ahí en más, el equipo de Gorosito fue amo y señor. Y lo ganó 2 a 0. Es un antecedente que sirve para imaginar el partido, pero puede transformarse en un arma de doble filo si los auriazules no salen convencidos de que el partido dura 90 minutos y de que la desesperación y el apuro se transformarán inmediatamente en aliados del Arse.
Es la sexta parte de una historia apasionante. Tan imperdible como impostergable para el equipo de Russo. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Vitamina se le escapa a Papa en la práctica. | | |