| domingo, 09 de noviembre de 2003 | Central practicó bajo la lluvia en el predio de Boca La lluvia no impidió que Rosario Central cumpliera con la rutina en Casa Amarilla. En gran parte se debió a la extraordinaria cancha de césped sintético con que cuentan los xeneizes en las adyacencias de la Bombonera.
El equipo de Russo realizó movimientos muy livianos con una sesión de fútbol reducido que fue precedida por una charla, más bien un monólogo del entrenador, seguramente vinculado con las virtudes y defectos de Arsenal, pero también relacionado con la necesidad de que Central sea un equipo sereno y con mucha paciencia como sucedió ante Quilmes la semana última. Los ojos se posaron sobre Messera, el único que tuvo inconvenientes físicos de envergadura en la semana, pero el ex Gimnasia volvió a moverse con absoluta tranquilidad y normalidad.
Apenas algo más de media hora fue suficiente para que los canallas estiraran sus músculos después del viaje matutino.
Nada del otro mundo. Regreso al hotel, una ducha, algo de esparcimiento, la cena y el descanso. Y a esperar el partido en Avellaneda, donde los tres puntos valen mucho más que tres. enviar nota por e-mail | | |