De aquella batalla por el promedio a esta por la punta

Esa pelea curtió a Central y hoy está listo para situaciones límites

Fue duro aquello del descenso. La pelea fue encarnizada, como se preveía. Duró casi hasta el último instante. Pero como si se tratara de una historia de Alberto Migré tuvo un final inmensamente feliz después de pasar por las mil y una peripecias. Por cierto que fue una historia real, a diferencia de las de Migré.

Aquello fue estresante, pero ahora Central puede sacar rédito. Está curtido. A pesar de contar con mucha juventud en su plantel, está preparado para afrontar situaciones límites.

"Nos vino bien porque trabajamos durante muchísimo tiempo bajo presión. Me imagino que indirectamente incidió. O al menos nos preparó mentalmente para jugar bajo presión. Ahora también estamos jugando bajo presión", reconoce Pablo Sánchez, uno de los abanderados del aguante canalla en los momentos más terribles de la impiadosa lucha por la permanencia.

-¿Esto es más fácil que aquello?

-Sssssssssssi... En realidad son objetivos muy difíciles. Lo que pasa es que aquello se logró y esto todavía no. Hay que demostrar que es más fácil. Aunque es cierto que se trabaja distinto. Este es un momento de alegría.

-Pero son metas de máxima y una de las dos debe ser más compleja.

-Insisto con que las dos cosas son muy difíciles. Evitar el descenso era una empresa muy dura y lo logramos. Esto fue muy complicado también porque se fueron jugadores importantes y había que rearmar todo. Gracias a Dios el funcionamiento y los engranajes se fueron adaptando y logramos estar donde estamos.

-¿Cuál es el gran rival?

-Boca y San Lorenzo.

Después de un par de respuestas bajo la lluvia justamente en la casa de uno de los rivales directos en la lucha por el título, Vitamina volvió al ómnibus con el resto de sus compañeros para seguir acuñando un sueño.

Es cierto que la empresa es muy difícil, pero ninguno de los rivales del equipo canalla está tan curtido como el equipo de Russo.

Vitamina lo vivió desde adentro y tiene absoluta autoridad para igualar las dificultades, pero desde afuera parece mucho más accesible la lucha por el título que la pelea por la permanencia.

Aquí, lo peor que podrá pasar es que Central no dé la vuelta olímpica y no habrás reproches; más bien todo lo contrario. Aquello no tenía margen de error. Una equivocación costaba la pérdida de la categoría.