Córdoba: Las agujas del sol

Senderos especiales para realizar caminatas por la montaña en Traslasierra. Los circuitos no reqieren gran esfuerzo físico. Excelente alternativa para combatir el estrés

Belén Travesaro / La Capital

Félix Chávez es un hombre de 76 años, de mediana estatura, piel oscura y curtida, que desde hace medio siglo vive en una vivienda emplazada en la región cordobesa de Traslasierra, en el pueblo de Los Hornillos. Aunque no escucha radio, ni mira televisión, ni tampoco trabaja en la ciudad, siempre tiene algo que hacer. Se ocupa de cuidar la huerta y los animales, mientras su mujer, Rosa, se dedica al telar. El matrimonio, que tuvo 6 hijos y 20 nietos, no necesita relojes para cronometrar el tiempo, ya que las actividades se organizan en función de la luz solar. Alejados del ritmo desenfrenado de las grandes ciudades, Félix y Rosa no requieren nada más que la naturaleza para satisfacer sus necesidades y llevar adelante una vida feliz.

El estilo de vida de los Chávez es casi incomprensible para quienes vivimos en la gran ciudad. Para combatir el estrés de las grandes ciudades, nada mejor que entrar en contacto con la naturaleza de la región cordobesa de Traslasierra. Para captar a los visitantes, la zona propone caminatas por los senderos señalizados de las sierras de Nono, Villa de las Rosas, San Javier, Loma Bola y Los Hornillos. Es justamente en este último donde encontramos el camino bautizado "La tejendera", en homenaje a doña Rosa, la esposa de Félix.

Los senderos están señalizados con carteles de madera que muestran los diferentes recorridos, con el objetivo de que los visitantes puedan realizar caminatas por cuenta propia, en compañía de amigos o familiares, sin la necesidad de contratar un guía turístico.

Con excepción del trayecto de Nono, cuya dificultad es media, todos los demás requieren de un esfuerzo físico escaso. Por esto son aptos para toda la familia. Sin embargo, los guías de la zona aconsejan no llevar a niños menores de 8 años porque pueden cansarse antes de tiempo.


Camino al andar
* "El empedrado": sendero de Nono. Tiene una altura de 1.400 metros y se calcula que recorrerlo lleva más de 3 horas. La montaña es empinada y abundan los espinillos. Para acceder en vehículo desde Nono hay que dirigirse al Museo Rocsen y desde allí hasta la Capilla de los Algarrobos Nuestra Señora de Fátima, donde comienza la caminata.

* "Quebrada de Ambrosio": es el trayecto de San Javier. El sitio de salida es el bar Las Violetas y está camino al Champaquí. Es uno de los caminos que demanda menos esfuerzo físico, acercándose la experiencia más a un paseo que una escalada. En el recorrido se atraviesan pequeños arroyos. Puede demandar como máximo 50 minutos (depende del ritmo que se le imprima a la caminata).

* "Al ojito de agua": sendero de Loma Bola. Su altura es de 1.300 metros y recorrerlo demanda alrededor de 1 hora. La vegetación es agreste y seca. El punto de partida es al pie de la bajada posterior del cerro Loma Bola.

* "La tejendera": camino de Los Hornillos, que asciende a los 1.300 metros. Caminar entre los arroyos y la imponente vegetación demanda alrededor de 2 horas. El lugar de salida es el primer cruce del arroyo Los Hornillos.

* "De los zorzales": es la alternativa de Villa de Las Rosas. Al igual que el sendero de San Javier, demanda poco esfuerzo físico. Se ingresa al mismo por la ruta 14, en La Calera, y por el balneario Guasmara, antes de cruzar el arroyo. Recorrerlo demanda 1 hora de caminata.


Cabalgatas y rappel
Los trayectos se pueden hacer a pie o a caballo, según las preferencias. Conviene vestir ropa cómoda, sea jogging o pantalón ancho de material liviano, y remeras en tonos claros debido a que captan menos los rayos solares. Se recomienda usar zapatillas de trekking para evitar resbalarse sobre el suelo rocoso y mientras se atraviesan arroyos. Los que buscan sólo paz y tranquilidad, lo aconsejable son las caminatas. En cambio, los que quieren un poco más de acción pueden realizar paseos en vehículos 4 x 4, rappel y bicicross, entre otras actividades.

Durante el recorrido por los senderos, el aire de montaña, con el aroma de los espinillos y la frescura de los arroyos, afloja las tensiones del cuerpo y renueva energías.

Algunos senderos se pueden recorrer sin un guía.