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 domingo, 19 de octubre de 2003

Siempre sostuvo que fue el único testigo del asesinato de Alicia Muñiz
Se murió el cartonero Báez
Su protagonismo en la acusación contra Carlos Monzón lo convirtió, quizás a su pesar, en un ícono argentino

Rafael Crisanto Báez, el cartonero que adquirió trascendencia pública durante el juicio por asesinato que se le siguió al fallecido boxeador Carlos Monzón, murió anteayer a los 72 años en la humilde vivienda que habitaba en la ciudad de Mar del Plata, víctima de una larga enfermedad. Báez, cuyos restos fueron inhumados ayer en el cementerio Parque, se adjudicó haber sido el "único testigo" que presenció la muerte de Alicia Muñiz, en febrero de 1988, a manos de Monzón, su entonces pareja y madre de su hijo más pequeño.

El hombre, que pasó a ser "el cartonero Báez" para la sociedad argentina que siguió con atención el caso del afamado deportista, fue tapa de todos los diarios al admitir al diario El Atlántico de Mar del Plata, en marzo de aquel año: "Yo vi como Monzón asesinó a Alicia Muñiz".

Aunque luego la Justicia terminó procesándolo por falso testimonio, el en ese entonces humilde sexagenario se convirtió al principio en el presunto único testigo ocular del impactante crimen.

Báez fue quien expuso, paso por paso, supuestos detalles de cómo el ídolo del boxeo argentino estranguló a su mujer y la arrojó desde un balcón de la elegante casa alquilada en el barrio marplatense de La Florida.

Durante el juicio oral y público que terminó con la condena a Monzón, Báez juró ante la presidente de la Cámara, Alicia Ramos Fondeville, que diría "la santa y pura verdad" sobre lo que vio tras los ligustros aquel fatídico 14 de febrero de 1988, mientras recolectaba cartones entre los residuos.

"Yo vi cuando la agarró y se la puso al hombro como una bolsa de papas y la tiró por el balcón", declaró en el juicio. No obstante, el hombre no convenció al tribunal que luego lo procesó.

En sus declaraciones a El Atlántico, Baéz había asegurado que la malograda pareja comenzó la discusión en una de las habitaciones de la vivienda y, como resultado de la disputa, "el campeón le pegó una cachetada y luego la agarró del cogote mientras ella pataleaba como una gata".

El cartonero puntualizó que Monzón había matado así a su esposa y desesperado la tiró por el balcón. Según su relato, el ex campeón del mundo de peso mediano se puso a gritar en ese momento: "•Alicia se mató'".

"Yo había dejado mi carro en la esquina y pensé que podía tener problemas y me fui", narró.

A partir de entonces, Baéz fue uno de l os personajes más buscados por el periodismo de todo el país, con lo cual comenzó a recorrer numerosos canales de televisión y se subió por primera vez en su vida a un avión.

El hombre llegó a publicar un libro con el título: "Yo vi como Monzón mató a Alicia Muñiz", pero si bien ganó dinero por esa historia, nunca dejó su humildad y el cirujeo.

Años después, la tragedia signó su propia vida cuando la Justicia condenó a prisión a uno de sus hijos por homicidio.

Tal fue su trascendencia que hasta el astro de fútbol Diego Maradona, en una oportunidad, aludió a su sencilla figura para calificar al presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri: "Macri, en vez de ser tío Rico es el cartonero Báez", disparó el ex número 10 de la Selección nacional. (DyN)

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Báez (izq.) libró un round judicial contra Monzón.

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