 | viernes, 17 de octubre de 2003 | Caos en Bolivia. Miles de manifestantes pidieron su renuncia en La Paz Sánchez de Lozada denuncia que se intenta instaurar una narcodictadura El asediado presidente dijo que hay guerrilleros colombianos infiltrados. La oposición rechazó un referendo La Paz. - El presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada calificó ayer de "terroristas" a los líderes de la oposición y dijo que el movimiento de protestas que se ha desatado en su país para exigirle la renuncia pretende imponer una "narcodictadura". El mandatario denunció que la guerrilla colombiana de las Farc está capacitando y entrenando a células insurgentes en su país, aumentando con ello las versiones sobre un supuesto respaldo del grupo rebelde a las fuerzas de oposición que exigen su renuncia. Recordó que las autoridades bolivianas detuvieron a un integrante del grupo rebelde que, al parecer, tiene nexos con el movimiento que encabeza el líder de la oposición Evo Morales. "Si tiene éxito este movimiento subversivo la droga será la única y principal exportación de Bolivia y el país se convertirá en un campo de batalla, cosa que estoy tratando de impedir", dijo Sánchez de Lozada a un pool de emisoras de diferentes países. "No voy a renunciar, vamos a mantener la democracia y mantener la unidad de la nación", agregó el mandatario, quien sin embargo se responsabilizó por las muertes que produjeron en el país un mes de revueltas.
Huelgas de hambre, marchas y barricadas continuaban extendiéndose ayer en La Paz y otras ciudades de Bolivia, después que la oposición, radicalizada en exigir la renuncia del presidente, rechazó la oferta de someter a referendo la exportación de gas y abrir las puertas a una asamblea constituyente. Decenas de miles de manifestantes, en la mayor movilización urbana desde el estallido de la crisis, se congregaron en la céntrica plaza de San Francisco gritando al grito de "fuera Goni", apodo del asediado mandatario. Más de 50.000 manifestantes, según cálculos policiales, se reunieron para exigir su renuncia en plaza Murillo, resguardada por tanques y tropas militares y policiales, aunque sin enfrentamientos graves.
Huelgas de hambre Las huelgas de hambre iniciadas por intelectuales, artistas, empresarios y sacerdotes, además de activistas de los derechos humanos, se realizaban en tanto en diez puntos de Bolivia, según la ex Defensora del Pueblo, Ana María Romero. Además de varias iglesias en La Paz, otros grupos de ayuno estaban siendo instalados en otras ciudades del interior como Cochabamba, Potosí, Tarija y Santa Cruz. Una gigantesca marcha descendió los 400 metros de altitud que separan La Paz de la contigua ciudad de El Alto, a 4.080 metros sobre del mar, coreando "Goni al paredón" y "Goni asesino".
El presidente, acosado por la peor revuelta popular en 21 años de democracia continua y sin golpes de Estado en Bolivia -sin precedentes a lo largo de su historia- prometió el miércoles por la noche varias medidas como salida a la crisis. Pero los líderes de las protestas que exigen desde el 15 de septiembre la renuncia del presidente, rechazaron las iniciativas. "Todo lo que anunció el presidente es muy turbio (...) pero ya es muy tarde: el mandato de las bases es que éste carnicero renuncie", declaró el diputado indígena Felipe Quispe a cadenas radiales.
Sánchez de Lozada había anunciado un referendo consultivo sobre las cuestionadas exportaciones de gas; la revisión de las leyes que abrieron el estratégico sector de hidrocarburos al capital privado, nacional y extranjero, y la convocatoria a una Asamblea Constituyente para acometer reclamadas profundas reformas constitucionales.
Según el jefe de Estado, las propuestas, aprobadas por los cuatro partidos que lo sustentan en el poder, debían poner fin a las protestas y la violencia desatadas por opositores, a los que describió como "anarquistas, narcos y sindicales". "Lo que quiere el presidente es tomar el pelo al pueblo", respondió por su parte en entrevistas desde Cochabamba, su bastión político en el centro del país, el diputado indígena, líder cocalero y principal opositor parlamentario Evo Morales. "Goni está con el cuello en el suelo, lo que falta es apretarlo", dijo, parafraseando un dicho indígena, al reafirmar que "la renuncia del criminal Sánchez de Lozada es lo único que aceptará el pueblo".
En la madrugada un convoy militar se abrió paso a fuerza de disparos preventivos apoyados por tanques de guerra artillados y llegó de madrugada para abastecer de gasolina a automovilistas y de garrafas de gas para uso doméstico. La capital boliviana está desabastecida de alimentos.
Gobierno de transición Tanto Morales como Quispe admitieron que aceptarían una probable salida institucional a la crisis, tras la eventual renuncia de Sánchez de Lozada, con la asunción del vicepresidente Calos Mesa al frente de un gobierno de transición. Mesa, un periodista de 53 años que se estrenó en la política al sumarse al triunfador binomio electoral de Sánchez de Lozada en 2002, retiró el lunes su apoyo político al mandatario, inconforme con la violencia ejercida sobre los sectores sociales levantados contra el gobierno. Pero también marcó distancia de la oposición que le reclama asuma rápidamente la sucesión presidencial. "No estoy dispuesto a servir como instrumento en un proceso creciente y peligroso de polarización de la sociedad boliviana", dijo Mesa tras ratificar su alejamiento de Sánchez de Losada.
Los viceministros de Microempresa, Samuel Soria y de pensiones, Vincent Gómez García, ambos de la Nueva Fuerza Republicana, renunciaron y se sumaron a las huelgas de hambre para exigir la dimisión del presidente.
El principal dirigente sindical del país, Jaime Solares, en tanto, coincidió en que la salida de Sánchez de Lozada del poder es la "única vía para pacificar país". (Reuters, DPA y AFP) enviar nota por e-mail | | Fotos | | La mayor movilización concluyó ayer en La Paz. | | |