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 lunes, 29 de septiembre de 2003

Un sistema para confiar

Dos novedosos sistemas computarizados de seguridad se estrenaron ayer en Avellaneda para detener a presuntos sospechosos en el clásico entre Racing y Boca, el partido más riesgoso de la sexta fecha del Apertura.

La policía bonaerense puso en funcionamiento un programa denominado Morpho Touch -lector de huellas digitales- y una terminal conectada a una base de datos para la inmediata obtención de los antecedentes penales de las personas consultadas.

El primer dispositivo fue colocado en 15 lugares estratégicos del estadio y utilizado desde una hora y media antes del partido, tras solucionarse un problema de carga, según confió una fuente policial.

La policía, por azar o sospecha, eligió a distintas personas para que colocaran sus dedos índices en el aparato, que informaba el historial penal de los individuos.

Ese sistema fue complementado por un móvil, ubicado en el estacionamiento del estadio, que contenía una computadora conectada en forma satelital a la base de datos policial (de personas y automóviles) para la prevención de delitos.

El operativo de seguridad, compuesto por unos 1.100 efectivos, también incluyó controles de alcoholemia en las inmediaciones de la cancha y un procedimiento a cargo de la brigada de antinarcóticos.

Con las nuevas medidas preventivas, una fuente policial informó que hubo entre 30 y 60 detenciones antes del partido.

La seguridad del clásico, a cargo del comisario Angel Manino, de la primera de Avellaneda, fue supervisada por el jefe departamental, Juan Soto, fiscalizada por funcionarios de la seguridad deportiva de la provincia y controlada por un cuerpo de fiscales y el juez de paz de Avellaneda, Julio Bataffarano.

En otro orden, la hinchada de Racing intentó reflejar una sentimiento de unidad para ahuyentar los rumores de una fractura interna en su seno.

Hubo pasacalles con la leyenda: "La Número Uno no se quiebra" y, a falta de 10 minutos, los integrantes de la barra ingresaron todos juntos a la cancha con amenazas sobre la hinchada de Boca, un histórico enemigo a partir de varios enfrentamientos durante la década del 80. (Télam)

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