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 sábado, 27 de septiembre de 2003

A la espera de un nuevo desafío

Fernando J. Pisani (*)

En estos años, coherentes con el modelo de país que atacó la producción nacional, las escuelas técnicas fueron golpeadas, casi hasta la desaparición. Para peor, en Santa Fe, lejos de utilizar los intersticios que dejaba la ley federal para defenderlas, se exacerbaron sus vicios y sus puntos más oscuros.

También la escuela media fue obligada a perder su identidad institucional y atacados sus mandatos fundacionales. Todas se han visto limitadas y arrojadas en un tobogán donde los primeros en sufrir las consecuencias fueron los alumnos, en calidad educativa, en deserción, en mayor marginación. Si no ha sido peor se debe al gran esfuerzo de docentes y directivos de escuelas que entre líneas han intentando contrabalancear las idas y vueltas y las irracionalidades impuestas desde la jurisdicción.

Pese a todo, hoy soplan aires de esperanza, probablemente porque seamos crédulos, o porque los docentes llevamos el secreto del Ave Fenix en nuestra profesión, listos para resurgir de las cenizas si se da la posibilidad. Y el desafío no es fácil.

Se destrozó mucho. Las escuelas, especialmente las técnicas, están desarticuladas. Cuando un alumno se inscribe no lo hace a un único plan de estudios que le va a dar un título técnico, se inscribe a un nivel (8º y 9º años de la EGB) que es obligatorio, o a un polimodal (sin haber tenido antes la posibilidad de acceder a los conocimientos técnicos que se daban en los primer y segundo año de la vieja secundaria y que necesitaban para formar técnicos de calidad). Y para mayor gravedad, donde realmente tendrán la formación técnica, los trayectos técnicos profesionales (TTP) se imponen como optativos, generalmente a contraturno.

Todo eso puede cambiar, y no se necesita mayor presupuesto o esperar a un cambio de la ley federal para hacerlo. La escuela técnica debe ser una y sólo una, con un único plan de estudio coherente y estructurado. Y además articulada con los niveles superiores (institutos técnicos, universidades) e inferiores (EGB 2).

Tampoco se ha realizado un diseño curricular juridisccional de los TTP, lo que ha implicado una caída muy grande en la calidad y contradicciones entre escuelas similares. Y coherentemente con ello no hubo capacitación a los docentes ni para el polimodal ni para el TTP. Ni a directivos para gestionar el cambio y las nuevas problemáticas.

Algunos, ante la demanda de oficios y que la educación técnica tradicional ha sido desmantelada, piensan en la vuelta a los oficios. La formación profesional es importante, pero es otro tema, que ameritaría más que otra nota.

La recuperación de las escuelas técnicas no pasa por volver a antes de 1950 (la escuela de oficios), sino ir a una nueva escuela técnica integral, moderna, que revitalice y actualice el papel de la educación técnica y tecnológica, que contribuya a la producción, pero no para formar mano de obra operaria, sino para formar técnicos de calidad (calidad para este nivel medio), con una buena base científica y tecnológica, y básicamente que sean personas creativas y críticas, con una fuerte formación humanista, donde no se descuiden los valores, vitales para la vida y el trabajo, y para apropiarnos correctamente de la tecnología en vez de estar sometidos a ella.

El sistema educativo ha sido fragmentando, creando una diáspora que será difícil de eliminar, pero no podemos fomentar más exclusión o fracasos asegurados. Hace tres años, en reuniones de escuelas, la sensación era de que en la provincia habíamos entrado en la "década negra", al menos para el nivel medio y técnico, cumpliéndose luego los peores pronósticos. Pero también se decía que "siempre que llovió, paró" y la estrategia más común fue sobrevivir como se pueda hasta que se vaya esa política "educativa".

Cansadas, desilusionadas, engañadas, impotentes, desgastadas, a pesar de todo, las fuerzas están. Sólo esperan el maravilloso desafío.

(*) Docente del Politécnico (UNR) y de la

EET Nº 468. Fue jefe del Departamento de Educación Técnica de Educación

provincial (año 2000)

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