Efemérides

Un 22 de septiembre

Guillermo Zinni / La Capital

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De 1966: Fallece André Bretón, el creador del "Manifiesto surrealista"
El poeta y crítico francés André Bretón, fundador de la escuela surrealista desde 1924 y cuyos integrantes lo llamaban "maestro del pensamiento", nació el 22 de septiembre de 1896. Se recibió de médico y trabajó en distintos hospitales, llegando a ser también uno de los pioneros del movimiento psiquiátrico. En París incursionó en las artes y la literatura e infundió sus exigencias a toda una comunidad de poetas y artistas del movimiento surrealista, un partido poético creado con la misma fe que se pone en un partido revolucionario. Bretón representó para los intelectuales jóvenes un "antipadre", un maestro que inmunizaba contra toda clase de conformismo. Tímido, pero a la vez muy amigable y fraternal, reflejaba soledad, pero sabía reír como un niño. Sensible, nunca habló de su infancia ni de su familia, aunque era capaz de criticar con aspereza. Comenzó a escribir poesía desde muy joven, y según aseguró Alain Jouffroy, "Bretón era continuamente poeta, como el aire es continuamente el aire, incluso si se vuelve lluvia, nieve o neblina". Su primera obra se llamó "Los campos magnéticos", luego de la cual estableció el primer "Manifiesto surrealista". Su novela llamada "Nadia", inspirada en un encuentro que tuvo con una joven desconocida, es considerada como una de sus mejores obras. Su "Segundo manifiesto surrealista" produjo una gran polémica, por lo que lo redactó nuevamente bajo el título de "Manifiesto por un arte revolucionario independiente". Fue miembro del Partido Comunista francés, y expulsó del grupo a todos los que no coincidían con sus ideas. Entre sus obras se destacan: "Claro de tierra", "La unión libre", "El aire del agua", "Estados generales" y "Oda a Charles Fourier". Reunió sus artículos en los libros "Pasos perdidos" y" Punto del día". Escribió obras teóricas y polémicas donde mostró interés por los lenguajes irracionales, como se refleja en los ensayos "El arte de los locos" y "La llave de los campos". Rompió con las ideas del dadaísmo y fue uno de los primeros en experimentar técnicas autodidactas de la escritura. Murió en París el 22 de septiembre de 1966, y en su tumba hizo poner: "Yo busco el oro del tiempo".

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