Capital mundial del secuestro

Bogotá. - El secuestro de 8 extranjeros asestó un nuevo golpe a la industria turística de Colombia y recordó a los viajeros los riesgos de visitar algunas zonas en donde rebeldes y paramilitares tienen presencia. Los cautivos visitaban Ciudad Perdida, unas ruinas indígenas de la Cultura Tayrona, ubicadas en la Sierra Nevada de Santa Marta, 700 kilómetros al norte de Bogotá. Colombia es considerada como la capital mundial del secuestro. En 2002 se reportaron 2.986 casos, un promedio de ocho al día, la mayoría cometidos por la guerrilla que hace de este delito su segunda fuente de financiación después del narcotráfico. Sólo un bajo porcentaje de las personas secuestradas en Colombia son rescatadas por las fuerzas militares y la mayoría recupera la libertad después del pago de millonarias sumas de dinero.

El presidente del Senado colombiano, Germán Vargas, presentó esta semana ante el Congreso un proyecto de ley que prevé congelar los bienes de las personas que sean secuestradas, para impedir que sus familiares paguen por su rescate. Esta propuesta fue recibida con reservas por parte de otros sectores políticos, que criticaron el contenido de la misma por creer que no atiende la raíz del problema. "El Estado no puede exigirle a los familiares de los secuestrados que dejen a un lado sus sentimientos, cuando el mismo Estado no ha sido eficaz en la prevención de ese delito", afirmó el senador de oposición, Carlos Gaviria.

De los 3.000 secuestros que se registraron el año pasado en Colombia, en el 57% de los casos hubo o se intentó el pago de un rescate, mientras que un 35% fueron resueltos mediante un operativo militar, de acuerdo con las autoridades.

También los políticos colombianos son "carne de cañón" de la guerrilla. En febrero de 2002, la candidata presidencial Ingrid Betancurt fue secuestrada por las Farc cuando se dirigía a San Vicente del Caguán, epicentro de la antigua zona de distensión acordada entre el gobierno y la guerrilla para negociar la paz. Betancurt aún permanece cautiva.