| domingo, 21 de septiembre de 2003 | Un idéntico compromiso para cada propuesta Facundo Arana comenzó su carrera en los 90 en la tira "Canto rodado". Participó en telenovelas como "Perla negra" y "Zíngara". En 1997 le llegaría su primera gran oportunidad en "Chiquititas" y en 1999 protagonizó "Muñeca brava", la telenovela con Natalia Oreiro que fue récord de mediciones durante su estreno y en la reposición. "«Muñeca brava» fue la gran prueba. Fue una elección de Raúl Lecouna y Gustavo Yankelevich que fue un hito para mi carrera y para la telenovela argentina. Personalmente «Muñeca brava» fue el despegue", aseguró Arana.
Arana dice estar conformes con la evolución de su carrera: "Trabajé con casi todos los directores que hay en la televisión. También pasé por «Yago» y «099 Central». Los últimos cinco trabajos que hicimos ganaron como mejor telenovela. Uno tiene que darse el tiempo cronológico para aprender".
El actor aseguró que el prestigio no es una categoría de un determinado tipo de actor: "Galán es un rótulo que se le da a un actor en determinado momento de su vida. Nadie me preguntaba si era galán cuando hice «La valija» dirigida por María Herminia Avellaneda, con Jorge Marrale y Selva Alemán, o cuando hice capítulos de los especiales de Doria, o «Atreverse» o «El Rafa», pero después de dos o tres telenovelas todo cambia".
El actor explicó que el prestigio no es algo que pueda mensurarse ni que sea un objetivo: "El prestigio no es algo que se busca, sino que se logra con mucho tiempo. Pedir prestigio a mi edad sería como pedir tener canas a los 5 años. Son mucho años de tener que hacer las cosas respetablemente y así se logra el prestigio. Hay determinadas cosas que no se buscan".
El imaginario popular suele vincular el prestigio a determinados actores y a las elecciones laborales que pueda hacer en su carrera. En ese sentido, explicó: "Eso es una cuestión del imaginario popular, es algo privado de la gente. Lo peligroso sería que los medios dijeran que la telenovela es un género que lo puede hacer cualquiera. Es la responsabilidad con que uno cuente una historia. Dudo que pueda hacer un esfuerzo menor para trabajar en el teatro San Martin que el que haría para una telenovela. Si es por contar un cuento entrego mi vida, en una telenovela, en el San Martín o en un unitario". enviar nota por e-mail | | |