| sábado, 20 de septiembre de 2003 | De inmigrantes y viajeros: Argentina a distancia Málaga (enviado especial).- Argentina por dónde se lo mire. Argentina hasta en los detalles. Argentina desde la inmigración. Banderas viejas, arrugadas. Banderas nuevas, recién llegadas. Camisetas del Mundial 86. Camisetas de Italia 90. Camisetas modelo 2003. Gorros, vinchas. Gritos. Presencia. Cánticos que ayudan a alentar. Cánticos que hacen borrar kilómetros, cruzar océanos. Igualar sentimientos. El equipo de la Davis no estuvo solo en Málaga. Por el contrario, el apoyo fue incondicional y numeroso. Un apoyo bien criollo.
"Vamos, vamos, Argentina, vamos, vamos, a ganar...". Es mítico el cántico pero tiene más fuerza cuando se lo escucha en tierras lejanas. Cuando se lo canta con fuerza y cuando son muchos los que se prenden a entonarlo. Desde que Gastón Gaudio salió a jugar el primer set ante Ferrero, hasta que Mariano Zabaleta, acalambrado y exhausto, decidió no correr la última derecha de Moyá, el público argentino brindó un espectáculo emotivo. Y que en muchos momentos eclipsó a la mayoría española.
La fuerte inmigración rioplatense en la península española se hizo notar ayer en el Palacio de Deportes. Málaga tiene una gran colonia argentina y muchos fueron a brindar apoyo a sus compatriotas.
Familias que ya llevan años de estar radicados en la ciudad. Jóvenes que arribaron hace apenas un año. Médicos, ingenieros, amas de casa, odontólogas, cocineros, mozos. Hinchas de River, de Boca, de Newell"s, de Central, de Aldosivi de Mar del Plata. Niños. Abuelos. Allí estaban los argentinos que un día decidieron vivir en el exterior. Allí, aquí, en Málaga vinieron a ver el tenis, aunque algunos no conozcan demasiado del deporte blanco. Fue la excusa para gritar con orgullo "Argentina, Argentina". Y se gritó fuerte. A pesar de las derrotas. A pesar de la distancia. enviar nota por e-mail | | |