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 sábado, 30 de agosto de 2003

Congreso de Aapresid. La transformación de los agronegocios
Innovación y valor: la nueva receta de los productores cool
Capital social, redes, asociación en cadena, sinergia, visión y cambio. El diccionario del buen SD

Si Chicago fue durante años la principal referencia teórica de los economistas y empresarios neoliberales, entre los productores más importantes del campo la línea baja ahora de Harvard.

No por casualidad, Otto Solbrigh, el reconocido biólogo argentino que trabaja en el Centro David Rockefeller de la Universidad de Harvard, fue el coorganizador del seminario "Bases para una verdadera competitividad" que se realizó en el marco del congreso Aapresid. En esa misma institución trabajan Juan Enriquez, que deslumbró a los asistentes a la edición del año pasado con su exposición sobre la importancia de hablar el lenguaje genómico para desarrollarse en la nueva economía, y Ray Goldberg, que este año tomó la posta al disertar sobre el nuevo sistema de agronegocios.

En líneas generales, las bases de esta nueva vía de acción adoptada por entidades como Aapresid, comparten los principios neoliberales de libertad de mercado y aversión a las políticas públicas de distribución. Pero ponen énfasis en la acumulación de capital social (una suerte de masa crítica de valores compartidos entre los actores de una comunidad para reducir el costo económico de los conflictos), la innovación tecnológica y organizacional, la cultura del "liderazgo de los ganadores" y los conceptos de "visión" y "cambio" como bases del planeamiento estratégico. En esta lógica sí cabe una mayor valoración del desarrollo del capital nacional, asociado a la ciencia y la tecnología, y a la asociación con el Estado en áreas estratégicas, siempre que la batuta esté del lado de esos grupos de liderazgo.

En esta idea se inscribe la alianza entre empresas y científicos que promueven Aapresid y su versión biotecnológica, Bioceres, que ya firmó cuatro convenios con instituciones públicas para financiar y cogerenciar líneas de investigación. Precisamente, para este nucleamiento empresario, las redes institucionales como Aapresid, Aacrea o Asagir están llamadas a liderar esta innovación organizacional y a convertirse en vértice de una nueva versión de la teoría del derrame, según la cual estos nuevos ganadores arrastrarán al resto al éxito.

Algunas referencias de este nuevo evangelio empresario se escucharon en distintas conferencias del congreso de Aapresid. Para Ray Goldberg, por ejemplo, el sistema de agronegocios está en medio de una revolución histórica, ya que la tradicional cadena que va de la producción al consumo, donde cada uno opera sectorialmente, se transforma en un espacio donde interactúan los distintos sectores no sólo a través de la competencia sino de asociaciones.

Esto es así, explicó, porque el llamado "sistema agrocéutico" se basa en la incorporación de valor agregado producto del avance científico, en producir lo que el consumidor quiere y en el cuidado de los recursos naturales y la biodiversidad. Aspectos complejos que requieren de la participación de todos los actores de la comunidad de agronegocios. El especialista, al igual que otros oradores del congreso, como Steve Sonkas y Timothy Conner, puso como ejemplo en las alianzas de los grandes traders de granos con las empresas de "ciencias de la vida" (Cargill-Monsanto, Bunge-Dow, etcétera) para desarrollar productos con valor agregado a partir de la biotecnología.

La idea es que la agricultura como se conoce tradicionalmente sólo aporta el 10% del valor de la cadena, mientras que "todo el sistema agrocéutico involucra negocio por 15 trillones de dólares".


El poder de las cadenas
En este mundo "los supermercados se convierten en la nueva FDA (órgano de control de alimentos de Estado Unidos) porque interpretan al consumidor que cada vez está más sensible a cuestiones ambientales y cada vez pide más alimentos sanos, nutritivos y con valores diferenciados". En este sentido, llamó la atención sobre varios temas que marcarán el comercio a futuro: la Identidad Preservada, la propiedad intelectual y su tensión con el derecho al acceso de la tecnología, el bioterrorismo y el medio ambiente. Frente a los conflictos que aparecen en estos temas "la salida es que desde el mismo sector alimentario se promuevan espacios de discusión neutrales con organismos públicos y consumidores, hay experiencias en la industria del papel donde así acordaron, por ejemplo, lineamiento básicos de trabajo para producir sin contaminar".

Según Goldberg, los productores sacarán ventaja si miran este sistema como un todo y no sólo se preocupan por su producción de commodities.

El profesor de la Universidad del Estado de Colorado, Claudio Dunan, explicó que "pensar en el futuro" es una inversión porque es la base de una estrategia competitiva que tenga a la visión como motor del cambio. "La forma de articular un futuro deseado y expresar lo que queremos llega a ser se llama visión, los visionarios son importantes porque generan paradigmas".

Javier Ekboir, del programa de Economía de Cimmyt, explicó que las asociaciones de productores de siembra directa "son un fenómeno sudamericano" y "fueron exitosas porque las pusieron en marcha pequeños grupos de productores altamente motivados y con recursos para buscar, producir y diseminar información". Al destacar la importancia de este tipo de asociaciones en el proceso de innovación tecnológica, citó los ejemplos de los textiles en Italia y la SD en Argentina. A su juicio, "las tecnologías complejas son desarrolladas por redes de agentes que incluyen a usuarios de tecnologías, proveedores de insumos, agencias gubernamentales, ONGs e instituciones financieras".

Para el pensador Francesco Di Castri, un abonado a los congresos de Aapresid, "ganar" en la globalización implica entender las oportunidades que abre. Señaló que la regionalización, que permite a las comunidades locales tomar a cargo su propio destino, es un factor clave de éxito para un país.

Destacó además que el éxito económico de los países no se da necesariamente siguiendo recetas monolíticas. "El principal ganador de la globalización es China, un país comunista muy particular, mientras que Indonesia, que siguió al pie de la letra las recomendaciones del fondo, fue el único país del sudeste asiático que no pudo salir de la última crisis". Enumeró como factores para convertirse en país ganador de la globalización la capacidad de organización social, la confianza, la autonomía regional, la capacidad de generar capital social, el desarrollo educativo y cultural y la solución al problema del desempleo. "No puede haber desarrollo con exclusión, aunque también hay que zafar de la simple asistencia de los planes sociales".

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Di Castri habló de fortalecer el poder regional.

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