 | lunes, 25 de agosto de 2003 | Ajustada ventaja para el empresario sobre el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra El primer turno fue para Macri Habrá ballottage entre ambos el 14 de septiembre y serán decisivos los votos de Zamora y Bullrich El candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por Compromiso por el Cambio, Mauricio Macri, ganó las elecciones de ayer pero no le alcanzó para evitar la segunda vuelta del 14 de setiembre, oportunidad en la que deberá disputar el Ejecutivo local con Aníbal Ibarra.
La polarización finalmente se impuso en los comicios -cuyos resultados al cierre de esta edición, con el 60,97 por ciento de las mesas escrutadas, eran 37,59 % de los votos para Macri, 33,39 para Ibarra, 12,19 para Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad), 9,53 para Patricia Bullrich (Recrear Buenos Aires) y 1,95 para Cristian Caram (UCR)-, en los que quedaron enfrentados dos proyectos de ciudad: el que impulsa una gestión gerenciadora del Estado y una gestión pública.
Recién a las 23.30 llegó un poco de alivio al búnker de Ibarra. "Borombombóm y ya siente la reelección" gritó la hinchada. Ocurre que durante horas las pantallas de televisión mostraron a Macri ganador hasta por diez puntos. Pero cerca de la medianoche todo parecía acomodarse y se hacía realidad la tan comentada paridad que indicaron las encuestas de boca de urna.
A partir de reconocer la victoria del presidente de Boca, Ibarra decidió rápidamente nacionalizar el ballottage que se hará el 14 de septiembre, aunque descartó que vaya a pedir licencia como se lo reclamó el empresario. El jefe de Gobierno entiende que su negocio pasa por salir del debate municipal, de las cuestiones domésticas, del pozo en la calle, del policía en la esquina y pegarse a Kirchner. Sin más rodeos juntar a la máxima expresión de los •90, Carlos Menem, con su vencedor de ayer.
En el instante que dieron las seis de la tarde, y cuando era hora de hablar de las primeras bocas de urna que develaran la incógnita porteña, desde el búnker de Macri pegaron primero. Salieron, rápidos de reflejos, a vender la idea de que el empate técnico Macri-Ibarra debía ser leído como un triunfo del presidente de Boca. "Casi un setenta por ciento votó contra la reelección de Ibarra" dispararon, en un clima de euforia.
Por el contrario, en el búnker de Ibarra en el segundo subsuelo del hotel Hilton se vivía, a esa misma hora, un ambiente de cautela y hasta de pesadumbre. Carlos Campolongo, el jefe de campaña del jefe de Gobierno porteño, fue el primero que puso la cara para decir "escenario de paridad" con gesto adusto. Y nada más.
El ibarrismo necesitó todavía un buen rato para revertir el clima y recuperar el discurso. Aún sin datos oficiales, primero Vilma Ibarra, después el candidato a vice, Jorge Telerman y finalmente el mismo Ibarra, hicieron la lectura tranquilizadora: el empate técnico con Macri, y con Zamora ganando claramente el tercer puesto, se había constituido un buen escenario de ballottage.
Una vez que se acomodó en la confusión, el ibarrismo empezó a trabajar para la segunda vuelta. Comenzaron los lances para con los votantes de Zamora y de Bullrich, de los cuales Fuerza Porteña aspira a captar no menos del 75 %, en especial sumando a los electores del candidato por Autodeterminación y Libertad.
Serán tres semanas intensas hasta el 14 del mes próximo. En el hotel de Puerto Madero, Nicolás Trota, coordinador nacional de los Jóvenes K, anticipó a La Capital parte de lo que vendrá. "Nuestro tono de campaña será duro, la consigna será que en un país en serio Macri no puede ser jefe de Gobierno de Buenos Aires, no es serio", disparó el joven porteño, estudiante de derecho.
Trota agregó que "la confrontación de modelos ideológicos con Macri no debe quedar oculta detrás de discusiones pequeñas. Nuestra campaña es dura pero no sucia, todo lo que decimos lo firmamos", completó el pichón de Kirchner porteño.
Mientras tanto, a medida que avanzaba la noche y el clima en el búnker de Ibarra se iba normalizando, Juan Carlos Baglietto y algo de tango empezaron a sonar por los parlantes. El candidato se mostró por primera vez ante la prensa y sus partidarios, a las 20.50, con una serena sonrisa.
Luciendo un ambo negro y camisa gris claro sin corbata, Ibarra levantó los pulgares, aplaudió cuando lo aplaudían y saludó con los dedos en V. "Paridad" fue la palabra preferida y más repetida por Ibarra. Y "excelente escenario para el ballottage" fue el pronóstico.
Pero a las 22.40 volvió a mostrarse el candidato, ya con más cautela. Aceptó que los primeros cómputos lo daban varios puntos debajo de Macri, y lanzó algunas consignas de campaña para la segunda vuelta. Siempre supo que enfrentaba a un súper candidato como Mauricio Macri y que el partido había que jugarlo en dos etapas. Quedó cerca del empate en la primera vuelta y se prepara para final. La pelea promete ser brutal y con el cuchillo entre los dientes. Los proyectos en pugna son antagónicos y no es poco lo que se juega. enviar nota por e-mail | | Fotos |  | Macri celebró el resultado electoral de ayer. | | |