Secuencia de atracos de suma agresividad en casas de familia

Nuevo robo en un chalé de Fisherton en presencia de dos de sus ocupantes

Irrumpieron por una ventana y robaron dinero y alhajas. Hace 40 días pasó lo mismo a unas pocas cuadras

Los mellizos Urbinati miraban tranquilamente un programa de televisión en el living de su casa cuando dos delincuentes surgieron por una de las ventanas que miran al jardín. Los maleantes se movieron con rapidez, prácticamente no necesitaron hacer uso de la fuerza y hasta se tomaron el trabajo de cortar el teléfono para llevarse 900 dólares, 300 pesos y algunas alhajas y joyas de oro, recuerdos de familia. Al menos a uno de ellos se lo escuchó hablar con acento provinciano, lo que para la policía es un indicio concreto de que en Rosario opera una banda de "foráneos".

La ola de atracos a mano armada a casas de familia tiene en vilo a la policía local. El lunes a la mañana una banda asaltó una quinta de fin de semana en Funes, de donde se robó un Chevrolet Vectra. Dos horas después un coche similar apareció transportando a un grupo que copó una vivienda de Maza y Paysandú, en barrio La Florida, y se llevó 800 pesos (ver aparte). Ocho horas después de este último episodio, otra gavilla apareció por Fisherton y golpeó en la casa de la familia Urbinati.

Faltaba poco para las 22.30 cuando Francisco y Cristian, de 31 años, miraban la tele relajados en la casa ubicada en bulevar Argentino al 7700. Los mellizos estaban solos en la vivienda porque los padres habían salido y, según contaron a La Capital, no escucharon ningún ruido extraño. Tampoco percibieron algo que les llamara la atención. A los perros de una casa vecina, que siempre ladran cuando alguien se acerca a las rejas del frente, esta vez no se los escuchó.

Los delincuentes, de unos 20 a 25 años de edad, ingresaron saltando la reja del frente y atravesaron el prolijo jardín. "Aparecieron y entraron por la ventana, que estaba abierta", comentó Francisco. "Directamente nos encañonaron y pidieron el dinero y las joyas", recordó la víctima que a modo de intimidación recibió un culatazo en la cabeza. La situación fue muy tensa, porque los asaltantes actuaron a cara descubierta y se mostraron muy nerviosos, moviendo de un lado al otro sus armas de puño. "Estaban apurados y se los veía muy excitados. Por suerte no nos trataron mal, salvo un cachetazo que me dieron como para que me quedara tranquilo", describió Francisco.

Frente a esa primera muestra de agresividad, los dueños de casa optaron por no resistirse. "Jamás me opuse a lo que me pedían porque pensé que podría pasar lo peor", aseguró Urbinati al recordar que a él y a su hermano los mantuvieron encañonados durante todo el atraco. De esa forma, la banda, a la cual ya se había agregado un tercer integrante, se apoderó de unos 900 dólares "que eran unos ahorros de familia", 300 pesos que juntaron de distintos lugares y unas joyas y alhajas de oro, "recuerdos de familia".

Todo terminó cuando los pistoleros le pidieron a Francisco que les abriera la puerta del garaje para escapar, ya que estaba cerrada con llave. Una vez que tuvieron la puerta abierta, encerraron a los dos muchachos dentro de un baño y escaparon. En los casi 15 minutos que habrá durado el golpe, las víctimas alcanzaron a escuchar una tonada provinciana entre los intrusos. "Puede ser cordobesa, pero no estoy seguro. Pero no me quedan dudas de que de acá no eran", dijo Francisco.

Según el muchacho, cuando llegaron los primeros agentes del Comando Radioeléctrico a su casa le anunciaron que "seguramente debían ser los mismos que robaron en Funes y en La Florida", por el acento supuestamente cordobés de los maleantes.

Los ladrones sorprendieron a los dueños.