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 sábado, 16 de agosto de 2003

Una ceremonia cargada de emoción
Restituyeron el diploma a los padres de un joven asesinado en el Proceso
El documento es ahora patrimonio del Museo de la Memoria. La historia de Mario Galuppo es un caso testigo

Isolda Baraldi / La Capital

La emoción colmó ayer la sala del Consejo Directivo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Rosa Milici y Orestes Galuppo recibieron de manos del decano David Asteggiano una réplica del título de ingeniero de su hijo Mario, que fue asesinado hace 27 años. "Trabajamos mucho para lograr encontrarnos con el diploma y para eso nos ayudaron muchas personas. Queríamos volver a tener recuerdos de nuestro hijo porque cuando fueron a su casa la destruyeron y robaron todo", recordó el padre del militante asesinado a comienzos de la última dictadura militar.

Los padres del muchacho hicieron las gestiones en la facultad para que les restituyeran el diploma de su hijo, que fue robado por efectivos de civil cuando allanaron su domicilio. En un proceso inédito y luego de sortear algunas trabas legales, la UNR entregó el documento a la pareja. La familia Galuppo cedió el título a las autoridades del Museo de la Memoria para que forme parte del patrimonio de la entidad, y su historia se tomó como caso testigo de la época.

Mario Galuppo, a quien apodaban Coqui, se recibió de ingeniero a los 21 años. Desde muy joven mostró interés por la política, en la secundaria fue militante cristiano y luego fue miembro de la Juventud Peronista. Su esposa, María Graciela Saur, compartía con él esa pasión y juntos se instalaron en la ciudad de Santa Fe. En septiembre del 76 María fue secuestrada y continúa hoy bajo la figura de desaparecida, en octubre Coqui fue acribillado a balazos, y logró casi de milagro salvar a su pequeño hijo Felipe, de dos meses.

Ayer, las autoridades de Ingeniería abrieron el salón del consejo directivo de la facultad para realizar el acto de restitución del diploma. Presidieron la ceremonia los padres de Mario, su hermano Juan Antonio y otros familiares, junto a Asteggiano, el director del Museo de la Memoria, Rubén Chababo, y los docentes, alumnos, y no docentes del consejo directivo.

Claro que no faltaron ex compañeros de colegio y amigos de la pareja, que llenaron el lugar cargados de recuerdos. Luego de recibir el documento, el padre de Coqui agradeció en lo que fue el momento más emotivo de la jornada.

"Es un orgullo volver a tener este diploma de nuestro hijo, fruto de su esfuerzo. También es un honor saber cómo murió, porque murió por pelear por los que menos tienen. El no sufría privaciones ni tenía grandes necesidades", dijo Orestes Galuppo, y arrancó el aplauso de los presentes.

Luego, el director del Museo de la Memoria, Rubén Chababo, aseguró que el diploma ocupará un lugar de relevancia en la institución. También el directivo hizo alusión a todos los estudiantes profesores e investigadores de la UNR que fueron secuestrados, torturados y asesinados por el Proceso militar. "Hoy recordamos a todos ellos, y seguiremos luchando por la verdad y la justicia", prometió Chababo.

Manuel López Molina, médico y amigo de Coqui y su hermano Juan Antonio, recordó que su generación tuvo "un sueño" que fue abruptamente truncado. "Queríamos un mundo mejor, ahora no tenemos que olvidar a los asesinos sanguinarios", recordó el profesional, sin poder disimular el dolor que ese período represivo aún produce.

"Estas son pequeñas y grandes victorias que nos da la vida", comentó a La Capital Juan Antonio Galuppo, hermano de la víctima, quien viajó desde Misiones para estar presente ayer en Ingeniería.

La madre del joven fue abrazada por amigos, familiares y estudiantes que se acercaron para felicitarla. La mujer confió a este medio que su nieto Felipe, el hijo de Mario y Graciela, no asistió al acto porque está en Europa. "Fue a ver una posibilidad de trabajo, pero la verdad es que también está paseando un poco", acotó la abuela.

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Los padres de Mario Galuppo recibieron el diploma.

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