| sábado, 16 de agosto de 2003 | Asagir realizó su segundo congreso La cadena del girasol busca construir un nuevo mercado A la par del trabajo en tecnología, debate pautas de comercialización y una política sobre transgénicos A dos años de conformada, la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), entidad pionera en la organización por cadena, se prepara para medir su solidez institucional en terrenos resbalosos, como la construcción de un mercado más transparente y la adopción de una política común sobre transgénicos.
Asagir nació como consecuencia del "operativo retorno" lanzado por semilleros, productores, acopiadores, entidades de comercialización, industriales y exportadores para evitar que el girasol, la oleaginosa de la cual Argentina sigue siendo el principal productor mundial, corriera la misma suerte que el lino. La vía elegida para cumplir ese objetivo es novedosa porque concentra el esfuerzo en mejorar su competitividad.
En el marco del segundo congreso argentino de girasol, Oscar Alvarado, presidente de la entidad, recordó que "los primeros temas eran claros y fáciles porque nos sumaban a todos: desarrollar tecnología de cultivos, investigación, promoción en el exterior y usos alternativos". Esta sinergia permitió avanzar en un plan trienal de investigación financiado con 200 mil dólares organizar a los técnicos que antes trabajaban dispersos y reconstruir la red de cultivares de girasol más grande del mundo.
El capital social acumulado en esta experiencia permite, a su juicio, "abordar ahora temas un poco más urticantes como la transparencia de mercado, precios de pizarra y precios de futuro".
Es que la complejidad del mercado de girasol también tiene que ver en la pérdida de área sembrada a manos de la soja Hace ya varios años, los conflictos en la cadena provocaron incluso un intento de la Secretaría de Agricultura de suprimir las pizarras.
Alberto Ospital, de Oleaginosas Moreno, señaló que las industrias vienen trabajando con los productores para dialogar estos temas, tomando como base que "el mercado de girasol es complejo" debido a que a nivel internacional hace equilibrio entre la competencia por precio y calidad, a que es tomador de precios de otros aceites como palma y soja, y a que es un mercado de relativamente poco volumen. El otro problema es, siendo Argentina el principal exportador, cómo aumentar la producción sin planchar los precios.
Ospital señaló que las empresas compradoras hicieron en el último año "un importante esfuerzo" para dar precios forward, de modo que el productor tuviera una referencia de precios para sembrar. En la Argentina se siembran actualmente 2,5 millones de hectáreas de girasol. Ahora se trabaja en la creación de un índice futuro.
Ricardo Negri, de Aacrea, y uno de los integrantes por el sector de la producción en el taller de mercados de Asagir, explicó que las dificultades para hacer cobertura y "la sensación de poca transparencia" provocan que "al no tener claridad se haga menos girasol". El especialista enfatizó que "el antídoto contra esa sensación es la información, que debe ser clara, pública y creíble".
Alvarado, por su parte, celebró que Asagir pudiera abordar estos temas complejos "con la confianza y capacidad suficiente como para discutir sin levantarnos de la mesa". Las proyecciones a nivel internacional "nos ponen de mejor humor para resolver esto", agregó.
Joseph Sonmers, consultor para Sudamérica de Sparks, subrayó que el aceite de girasol es uno de los commodities que tendrá mayor crecimiento en los próximos años, y hasta aventuró que podría haber un faltante hacia el año 2010, si la firmeza de la demanda escapa a las actuales incertidumbres de la economía mundial .
En esta búsqueda de una nueva condición de mercado, Alvarado advirtió que "los productores tenemos pocos técnicos representándonos en esta mesa" y pidió el aporte de las cuatro entidades gremiales.
-¿Hay resistencia de las gremiales?
-Yo al principio tenía ese temor pero en la medida que le contamos que no somos sustitutos sino complementarios, nos empezamos a entender muy bien. La verdad es que entidades como la nuestra necesitan mucho de las gremiales.
El tema de la "innovación organizacional" es justamente uno de los paradigmas en los que se basa Asagir. Para Gustavo Grobocopatel, ex presidente y mentor de la entidad, "la ventaja de estas organizaciones, que están a la orden del día en Estados Unidos, es que no son corporativas lo cual permite avanzar en el diseño de políticas públicas a partir del sector privado".
Felipe Solá, gobernador de Buenos Aires, coincidió "siempre y cuando ofrezcan y no sólo pidan". El ex secretario de Agricultura, invitado al congreso, mantuvo un amable contrapunto con Héctor Ordoñez, titular del programa de agronegocios de la UBA. Fue después de que el especialista enumerara casos de innovaciones organizacionales, todas privadas. "Se olvidó de mencionar redes desarrolladas desde el Estado, como Cambio Rural y el Prosap", dijo.
En paralelo al debate de estos temas, el congreso ofreció un completo "estado de situación" sobre los avances en fertilización, manejo de enfermedades, biotecnología y nuevos usos de la oleaginosa. En el marco del encuentro, Basf lanzó el sistema de producción Clearsol, que facilita el control de malezas. A entender de Maximino Borsi, ejecutivo de la empresa alemana, esta tecnología permitirá que el área de girasol con siembra directa pueda saltar en pocos años del 28% actual al 50%. También se presentó la oferta tecnología para acompañar al cultivo hacia las neuvas fronteras, como el este de San Luis y el oeste de Chaco. Rogelio Fogante, de Aapresid, confesó que el año pasado incorporó el girasol a sus rotaciones "a partir de un nicho que se abrió en el norte del país" y recomendó que el productor decida su siembra por un criterio que tenga en cuenta el balance de carbono y no sólo la rentabilidad inmediata de un cultivo. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Alvarado, presidente de Asagir. | | |