| domingo, 03 de agosto de 2003 | La Bombonera A Ariel Maschio le jugó una mala pasada ser hincha fanático de Boca. La camiseta y el gorro del club de la Ribera les permitió a dos testigos identificarlo como el muchacho que había arrojado el ladrillo que mató a Rolando García. Cuando fueron a detenerlo encontraron indumentaria boquense. Pero a la policía le llamó más la atención el gigantesco tatuaje en el abdomen que reproducía La Bombonera enviar nota por e-mail | | |