Newell's: Explota Rosales

Gustavo Conti / La Capital

Este pibe que ya dejó de serlo, con cara de bueno, siempre sonriente y muy correcto desvela al Bambino, le quita el habitual buen humor. Héctor Rodolfo Veira no es de ocultar las cosas públicamente y por eso, cuando en una charla con un periodista dice que se siente preocupado es porque lo está en serio, más allá de que recién haya pasado la primera práctica de fútbol en serio de la pretemporada. Al técnico rojinegro le están cumpliendo los deseos, le trajeron refuerzos de jerarquía, espera otros y sin embargo mientras su niño mimado siga ausente, no hay aspirina que le calme el dolor de cabeza. Claro que a partir de hoy puede empezar el camino del alivio, cuando Mauro Rosales vuelva a hacer fútbol después de más de dos meses sin pisar un campo de juego.

Veira admite que no sabe qué hacer sin Rosales, desde que el arquero de Gimnasia, Juan Carlos Olave, lo chocó y le lesionó el ligamento externo de la rodilla derecha. ¿Eso es mucha presión para el delantero? El mismo lo explicó tratando de que se interprete como un tema secundario.

-Parece que no te podés lesionar porque al Bambino le hacés agarrar un ataque de caspa.

-Sí (risas), pero bueno, las cosas fueron así y ahora estoy volviendo.

-Volvé rápido, mirá que el Bambino dijo ya después de la primera práctica que le falta a explosión al equipo sin vos y que no tiene cómo reemplazarte.

-Es muy importante que un técnico tenga depositada la confianza en uno. Yo puedo decirle que le voy a responder de la mejor forma. Sé que no voy a estar como antes de la lesión pero de a poco lo voy a lograr. Eso sí, no me tengo que volver loco.

-¿Es mucha presión esa ansiedad del técnico por tenerte?

-No sé si es presión. Tampoco todos los partidos los jugué en un nivel alto. Si yo le puedo dar al equipo la explosión que pide trataré de hacerlo pero otros compañeros si les toca jugar también buscarán darle eso.

-Pero vos sabés que Veira tiene razón con que si no estás no tiene otro de tus características para suplirte. Es más, en el fútbol argentino no hay muchos así.

-Sí, es verdad. En el plantel creo que ahora sólo puedo ser yo con esa característica. Pero bueno, hay que arreglársela con lo que tenemos.

-Supiste controlar bien la ansiedad, porque Veira siempre te ponía en duda para que vuelvas, aún cuando Newell's ya no peleaba por nada.

-Creo que el doctor Astore me retenía bastante, me controlaba la ansiedad cuando quería pese a todo entrenar normal, pero estaba claro que tenía razón porque me dolía. Yo quería volver igual que Veira pero estaba claro que no podía.

-¿Y hoy como estás?

-Bien, estoy muchísimo mejor. Hago todos los movimientos y si bien por ahí me duele un poco, nada que ver como al principio. Me falta un poquito pero espero estar a punto cuando termine la pretemporada. Mañana (por hoy) voy a jugar según lo que aguante. Espero completar todo el partido.

-Sos el que más destruido terminás en las prácticas. Se ve que pagás la inactividad.

-Sí, soy al que más le cuesta. Tuve mucho tiempo de reposo absoluto y eso se siente respecto al resto, pero aunque esté muerto no dejo de esforzarme al máximo porque sé que eso me beneficiará.

-¿Pensaste que iba a resultar tan importante la lesión, ya que seguiste jugando aquel partido después de chocar con Olave?

-Sabía que algo anormal había pasado porque sentí como que me crujían los dedos pero en la rodilla. Sé que el ligamento externo es más rebelde de cuidar que si te lesionás el interno y de hecho se rompieron algunas fibras. Pero en el entretiempo de ese partido quise seguir y pedí que me calentaran la pierna. La cosa vino después y realmente al otro día me asusté mucho, pero ahora todo eso pasó y siento que estoy en el último tramo de mi recuperación.

-¿Creés posible que llegués a jugar la primera fecha del Apertura?

-Ojalá. Las posibilidades están. Pero prefiero estar tranquilo y pienso que todos tienen la chance. Todo sigue como tiene que ser, estoy evolucionando bien y sólo espero que pueda hacer mucho fútbol y las molestias desaparezcan por completo.

-¿Cuántos partidos precisás para volver a tener ritmo?

-Es muy difícil decirlo, pero sólo podés estar al ciento por ciento cuando tenés mucha continuidad.

-En este amistoso que marcará tu vuelta, ¿vas a poner todo o te cuidarás?

-Yo tengo que poner todo, porque tengo que empezar a agarrar ritmo. Por supuesto que los roces innecesarios trataré de evitarlos porque el objetivo no es el amistoso sino llegar bien al torneo.

Mauro Rosales busca ponerse diez puntos.