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 domingo, 13 de julio de 2003

De Las Flores hasta la selección nacional

Todavía queda fresca en la memoria esa imagen de pibe humilde y sumiso. Y eso que su llegada a Central fue hace cinco años. Recaló en las inferiores de la mano del por entonces coordinador general Omar Arnaldo Palma. Pero César Delgado llegó a través de Claudio Scalise, quien lo vio hacer en Alianza Sport las mismas travesuras que realizó en las distintas canchas del fútbol grande y que hicieron de él uno de los mejores delanteros de la actualidad.

Basta hacer una mirada hacia el pasado para ver la radiografía que pinta de cuerpo entero al Chelito. Quien frecuenta la ciudad deportiva es imposible que pueda olvidarse de sus primeros partidos en las inferiores. Si a esa altura ya se presagiaba que pintaba para crack.

Otras de las cosas que sobresalen de Delgado son su origen y sus raíces, que están enclavadas en el corazón de Las Flores. Si hasta cuando tiene la oportunidad de hacerlo saca a relucir alguna remera haciendo mención al humilde barrio de la zona sur, donde predomina la marginación y el desempleo.

Cuando se integró a la cantera canalla, al poco tiempo el Negro Palma le otorgó una habitación en el hotel de la ciudad deportiva. Es que el Chelo, de esa manera, se aseguraba una buena alimentación todos los días.

Y así fueron apareciendo sus destacados partidos en la 5ª división, donde formaba dupla con el Lucho Figueroa, y su nombre comenzó a sonar fuerte en el ambiente de las inferiores. Pero al año siguiente llegó, tal vez, la etapa más amarga porque a pesar del nivel que exhibía, César estaba condenado a hacer banco en la 4ª de AFA.

Por eso es que jugaba casi todos los domingos en la primera local de la Rosarina. Y merced a su técnica era figura en casi todos los partidos. Es más, hasta se había erigido en el máximo goleador de su equipo. Estaba claro que por las diferencias que había entre Omar Palma y Edgardo Bauza, el Chelito no podía expresar su fútbol en los torneos de AFA. Inocentemente, había pagado los platos rotos.

Pero después de pelearla en el fútbol doméstico, volvió a jugar en AFA. Y en poco tiempo dejó sentado que estaba para mucho más. Fue entonces que inició su presentación ante el pueblo canalla en reserva. Hasta que llegó el día soñado para ese pibe que seguía manteniendo el bajo perfil. Y así fue consolidándose en la primera división. Hasta que esta temporada mostró, quizá, su máxima expresión. Aunque conociéndolo bien, decir que tocó techo sería un error.

M. B.

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El Chelito recuerda sus orígenes.

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