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 miércoles, 09 de julio de 2003

La separación de las siamesas iraníes tuvo un trágico desenlace
Las hermanas, que tenían 29 años, no pudieron superar una hemorragia masiva tras 52 horas de cirugía

Las siamesas iraníes Ladan y Laleh Bijani, de 29 años, murieron ayer en Singapur a causa de una hemorragia al ser separados sus cerebros en una operación sin precedentes en adultos, realizada por un equipo médico internacional. "El Raffles Hospital tiene el pesar de anunciar que las gemelas Bijani, Ladan y Laleh, fallecieron durante la operación para separarlas", indicó oficialmente el centro asistencial.

"Pese a todos los esfuerzos del equipo médico, Ladan falleció a las 14.30 hora local (3.30 hora argentina) y Laleh poco después de las 16 (5.30)", se indicó.

El hospital precisó que las gemelas habían perdido mucha sangre después que sus cerebros fueran separados, cuando la maratónica operación estaba terminando.

Ladan, considerada la más débil de ambas, falleció primero. "Los médicos intentaron estabilizar a Ladan tras la pérdida de sangre, pero su estado continuó empeorando y a pesar de todos los esfuerzos, Ladan Bijani murió", dijo una portavoz.

Su hermana Laleh sobrevivió unas horas en graves condiciones y murió poco después, relataron voceros del hospital.

La hemorragia comenzó luego de que los dos cerebros fueron completamente separados, es decir cuando la parte neuroquirúrgica de la maratónica operación estaba concluyendo, que había comenzado el domingo y que duró 52 horas, era considerada "de alto riesgo" por los médicos.

Las dos hermanas habían anunciado en una carta que estaban dispuestas a todo para separarse y llevar una vida normal.


Una larga odisea
Nacidas hace 29 años unidas por el cráneo, con dos cerebros distintos, pero irrigados por una vena en común, las gemelas tenían personalidades y aspiraciones diferentes. Se habían recibido en leyes. Sin embargo, Ladan, que murió primero, quería ser periodista, y Laleh abogada.

Desde 1996 buscaban sin éxito un médico dispuesto a operarlas, y recibían la misma respuesta: "Es muy riesgoso".

Desde la primera intervención de ese tipo, hace 50 años, sólo el 20 por ciento de las operaciones finalizó con éxito y sin complicaciones. Pero era la primera vez que se hacía ese tipo de operación en adultos.

Ladan y Laleh insistieron en su búsqueda, y en noviembre de 2001 convencieron a Keith Goh, el médico quirúrgico de Singapur, que ese año había separado a dos nepaleses recién nacidos tras una operación de cuatro días.

Después de nueve meses de preparación física y psicológica, las gemelas se manifestaron "felices, excitadas y un poco nerviosas por la operación".

El neurocirujano Keith Goh dijo ayer que todos los miembros de su equipo están "muy tristes, pero la vida es así: nos sentimos muy desilusionados por el hecho de que la pérdida de sangre haya sido tan consistente en la última fase de la intervención, sobre todo después de la separación", dijo Goh.

Loo Choon Yong reveló ayer que anteanoche el equipo conducido por Goh, formado por 24 médicos y un centenar de paramédicos, pensó en interrumpir la operación antes de iniciar la separación de los cerebros, ya que preveían complicaciones.

Finalmente, decidieron continuar a raíz del apremio de familiares y amigos de las pacientes, quienes les recordaron el deseo de Laleh y Ladan de "ser separadas, cualquiera sean las circunstancias".

Goh había advertido que existía riesgo de que una o las dos pacientes murieran o quedaran en estado vegetativo. "Les indicamos los riesgos existentes de manera muy directa. Tratamos verdaderamente de hacer que cambiaran de opinión" y renunciaran a operarse, "pero no lo logramos", dijo el médico el mes pasado.

El equipo internacional de 24 médicos y un centenar de enfermeras y asistentes, dirigido por el neurocirujano Goh, empezó la operación el domingo pasado por la mañana. Las complicaciones aparecidas hicieron que la intervención se prolongara hasta ayer, más allá de las 48 horas previstas en principio.


La fase más difícil
La separación de los dos cerebros, distintos pero adheridos el uno al otro, fue una de las fases más difíciles de la operación. Los cirujanos habían estimado que necesitarían entre 8 y 10 horas para realizarla, pero en realidad tardaron el doble.

"Porque estuvieron unidos durante 29 años, los cerebros estaban adheridos. La separación lleva mucho tiempo porque los médicos deben cortar los tejidos con sumo cuidado", declaró el portavoz del hospital Raffles, Prem Kumar Nair.

Anteayer, los médicos habían cortado una placa ósea para separar los cráneos porque ese hueso resultó más compacto y espeso de lo que pensaban, y procedieron a un injerto para crear una derivación a nivel del cerebro de Ladan con el objetivo de realizar un drenaje de sangre.

Las dos hermanas estaban irrigadas por una arteria única y los cirujanos tuvieron que seccionar una porción de vena en la pierna derecha de Ladan para injertársela en el cerebro.

Los medios iraníes recordaron ayer las palabras de Ladan en la última conferencia de prensa que brindaron antes de ingresar a la sala de operaciones: "Quiero esta operación porque llegó el momento de poder verle la cara a mi hermana sin tener que utilizar un espejo". (Télam)

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Los médicos lucharon durante 50 horas.

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