| miércoles, 09 de julio de 2003 | Críticas de especialistas Un neurocirujano en Alemania, quien se negó a participar en una operación para separar a las siamesas unidas por la cabeza, dijo ayer que le asombraba que se hubiera intentado la intervención quirúrgica, y estaba entristecido por la muerte de las hermanas iraníes.
Madjid Samii, presidente del Instituto Internacional de Neurociencia de Hanover, afirmó que había rechazado en 1988 la solicitud de separar a las hermanas Laleh y Ladan Bijani. Es que pese a las modernas técnicas empleadas en este tipo de intervenciones, una operación de cerebro implica muchos preparativos y riesgos.
Tras realizar exámenes durante ese año, Samii decidió que una vena cerebral compartida que llevaba sangre a sus corazones significaba que las posibilidades de supervivencia de las hermanas eran prácticamente nulas.
"Ellas tenían 14 años y fueron bastante desafiantes en cuanto al deseo de tener la operación", dijo el médico.
"Les expliqué que no había posibilidades de éxito, que no podía hacerse", agregó Samii, de 66 años, uno de los neurocirujanos más reconocidos del mundo. "Al menos una de las siamesas habría tenido que ser sacrificada".
Samii, quien llegó a Alemania desde Irán en 1955, recordó que las siamesas eran adolescentes muy inteligentes y que habló mucho con ellas durante el mes de exámenes en 1988. "Me sorprendí mucho cuando escuché que iban a realizar la operación -dijo-. Ha habido avances médicos, pero el problema entonces era el mismo de ahora. Sólo hay una vena".
"El principal reto es la reconstrucción del conducto sanguíneo del cerebro al corazón. Implica un cambio hemodinámico que las finas venas del cerebro probablemente no tolerarán", explicó. "He realizado miles de operaciones y consideré que esto era virtualmente imposible", dijo. enviar nota por e-mail | | |