A los argumentos futbolísticos que mostró el último sábado ante Chicago, hay que agregarle otro ingrediente determinante en la buena campaña que viene realizando Rosario Central en el torneo Clausura, que lo muestra en el cuarto lugar. Ese aspecto es la preparación física, un hecho que no siempre se resalta pero que en Mataderos quedó claramente expuesto. La referencia se podría tomar con cualquier jugador auriazul, más allá de que alguno haya terminado los 90 minutos más entero que otro, pero la situación se hace más notoria por ejemplo en el generoso despliegue de Luciano Figueroa, que cuando se llevaban disputados dos tercios del segundo tiempo en la misma jugada estuvo en su propia área para defender ante un córner y terminó llendo a buscar la descarga en la de enfrente. Esto sin tener en cuenta la presión que ejerció, junto con el Chelito César Delgado, en la salida de los defensores del Torito. Y eso que Lucho estuvo entrenando de manera diferenciada toda la semana por una rebelde contractura.
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