Es cierto, no es de los mejores equipos millonarios que se recuerden ni mucho menos. Quedó eliminado dando lástima en la Copa Libertadores de América y no pudo mantener un 2-0 a favor en el superclásico. Pero no por nada River es River. Ayer sufrió muchísimo para ganarle a Lanús y aunque seguramente no estaba en sus planes que los demás resultados le abrieran tan expeditivamente el camino, aprovechó la ocasión y se mandó de cabeza a la punta. A tres fechas del final del Clausura, usufructuó su oportunidad, aún cuando en el primer tiempo parecía que otra vez sería blanco de las cargadas de los xeneizes. Esta vez le puso un freno a esa bofetada y avisó. Sí, claro. Está para campeón.
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