Maurice Béjart aseguró que la obra y el pensamiento de la Madre Teresa se adecuaron a su idea sobre las personalidades de excepción. "Siempre me interesaron mucho las personalidades de excepción. Así fue como hice un ballet sobre el Che Guevara, otro sobre el escritor francés André Malraux, u otras muchas personas que han vivido, que han sufrido y que han dado mucho de su vida a nuestra tierra. Por eso me encantaba trabajar con una mujer que tenía un pensamiento que se tradujo en una obra muy importante para la humanidad". Para Béjart, la Madre Teresa es también un símbolo: "Son cosas que considero que hay que hacer; es necesario abordar ese tipo de personas que significan una suerte de esperanza para tanta gente alrededor del mundo". El coreógrafo contó también que tuvo oportunidad de que los familiares de la Madre Teresa vieran la puesta, lo que significó la confirmación de que cuando encaró el trabajo estaba en el camino correcto: "Hemos bailado este ballet en muchos sitios, como Londres o Alemania, y he tenido la satisfacción cuando lo hicimos en Roma de que asistiera la familia de Teresa que todavía vive allí. Han ido a ver la función y luego felicitaron a los artistas porque estuvieron muy felices con lo que habían visto. Eso fue de una enorme satisfacción para todos nosotros".
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