El presidente Néstor Kirchner afirmó anoche que no va a "dar un paso hacia atrás" y que no pactará "con los corruptos", al tiempo que consideró que no está "creando muchos frentes" de batalla con sus medidas de gobierno, sino que está "enfrentando los problemas" a los que, aseguró, va a "vencer".
"Vamos a seguir tomando decisiones, ya que es cierto que vienen vientos del sur para limpiar. No voy a dar un paso hacia atrás, no voy a pactar con los corruptos y la corrupción", sentenció Kirchner en un discurso que pronunció en el Patio de las Américas, de la Universidad Nacional de La Matanza.
En ese contexto, el presidente aprovechó para responderles a quienes afirman que está generando muchos "frentes de batalla" con las medidas que tomó desde el gobierno, a sólo quince días de haber asumido.
"No vine a esperar y a dormir en el sillón, sino que la Argentina me votó, me dio la confianza para tomar decisiones, por lo que no estoy abriendo varios frentes, como dicen algunos, sino que estamos enfrentando los problemas y vamos a vencerlos", expresó.
Asimismo, interpretó que, a partir de su gestión de gobierno, la gente quiere que se produzca una "inflexión" en el país, y consideró que comienza "un nuevo proceso que va a generar un cambio" en el país.
"Queremos una Argentina con justicia y dignidad para nuestros hijos", sostuvo Kirchner, y agregó que se siente "convencido" de que "con trabajo y cristalinidad" se va a "construir una nueva Argentina".
En ese sentido, el presidente les pidió a quienes asistieron al acto que "crean, no tengan dudas, porque ustedes y nosotros, juntos, vamos a poder terminar con la Argentina injusta de la concentración económica y la desigualdad en la distribución del ingreso".
Kirchner formuló estos conceptos al encabezar un acto en el partido bonaerense de La Matanza, donde estuvo acompañado por el gobernador bonaerense, Felipe Solá; el intendente local, Alberto Balestrini; el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y los diputados nacionales Eduardo Camaño y José María Díaz Bancalari.
Fuentes del gobierno de la provincia de Buenos Aires coincidieron en señalar que la presencia del jefe del Estado en territorio bonaerense obedece a un gesto político de cara a las elecciones en esa provincia, que se realizarán en septiembre, ya que ese distrito le brindó a Kirchner un fuerte apoyo a su candidatura presidencial.
Un gesto importante
Los mismos informantes reconocieron el "gesto político" del mandatario nacional, ya que la campaña por la reelección que encara Solá se encuentra en pleno apogeo.
Los voceros, a su vez, comentaron que "la campaña proselitista tendrá como ejes nuestras de acciones de gobernabilidad", ya que no se realizarán los tradicionales actos políticos porque "la gente ya no vota eso". De todos modos no descartaron la realización de un acto de cierre con mayor concurrencia.
A su turno, el gobernador Solá destacó la presencia de Kirchner y sostuvo que para él "es un honor recibir por primera vez como presidente de la República" a quien calificó como su "amigo, Néstor Kirchner".
"Aquí cerramos la campaña a presidente con mucha esperanza y con la incertidumbre de lo que podría pasar en la Nación. Pero ahora esa incertidumbre comienza a disiparse porque hemos abierto el canal de la esperanza", subrayó el candidato a continuar al frente del Ejecutivo bonaerense.
Solá coincidió con Kirchner al resaltar que "la gente votó esta renovación porque quiere una Argentina diferente".
El gobernador destacó, además, el proyecto de "crecimiento económico" que se impulsa desde el gobierno nacional y aseguró que "la esperanza podrá construirse con gestos, pero se mantiene con hechos".
"Buenos Aires quiere volver a ser la locomotora del crecimiento y el hogar del ordenador social que es el trabajo", sentenció Solá.