Carla Rizzotto / La Capital
Hasta Manuel Belgrano estuvo presente. Sí, fue el encargado de dar la primera puntada a la bandera más larga del mundo que será la vedete de los actos centrales del 20 de Junio. Es obvio pero también necesario aclarar que quien cosió ayer un retazo de la celeste y blanca no fue el prócer, sino un descendiente directo del general que se llama igual: se trata del chozno de Belgrano, o sea, el hijo del tataranieto del prócer argentino. Dijo sentir un gran honor por participar del proyecto "Alta en el cielo", pero aseguró que los argentinos no tienen por la bandera el respeto que se merece. "Creo que afuera del país son todos patriotas, pero no adentro", se quejó. Cuando los organizadores anunciaron que Manuel Belgrano estaba por llegar al propileo del Monumento Nacional a la Bandera fueron pocos los que pudieron mantenerse callados. Se escucharon todo tipo de bromas, pero el chozno ni se dio por aludido. Es que está acostumbrado a cualquier reacción: "Está quien me contesta irónicamente que es San Martín o Mitre, o el que pregunta si es verdad que soy descendiente directo", contó Belgrano. Es porteño, pero vive en Olavarría (provincia de Buenos Aires). Tiene 51 años y es productor agropecuario. Ni bien arrancó la nota se ocupó de detallar su parentesco con el general Manuel Belgrano. "Soy pariente en línea directa por su hija Manuela Mónica. Ella tuvo tres hijos: Manuel, Carlos y Flora. Los dos varones murieron solteros y la mujer (Flora) se casó con Juan Carlos Belgrano" (uno de sus primos), explicó. Ese matrimonio hizo perdurar el apellido en una rama de los Belgrano, la de Manuel. De no haberse concretado la unión, Manuel hubiera sido descendiente pero sin el apellido del prócer. Y siguió con el árbol genealógico: "Flora y Juan Carlos tienen tres hijos: Manuel, Néstor y Mario. Néstor es mi abuelo (falleció en 1951); y entre los varios hijos que tuvo mi abuelo está Manuel, mi padre. También murió, hace 8 años". Por lo menos en esa rama, los Belgrano se encargaron de que hubiera un Manuel en cada generación. Y el chozno hizo lo propio: uno de los sus dos hijos se llama Manuel Joaquín del Corazón de Jesús, exactamente igual que el general. "Antes de casarme ya sabía que mi hijo llevaría ese nombre, desde siempre", confesó. Se quedó sólo unas horas en Rosario; fue expresamente a dar la primera puntada de la bandera más larga del mundo, que quieren que este año llegue a los 9 kilómetros. En el propileo del Monumento había tres máquinas esperando a los improvisados costureros y a los no tanto. Arrancaron ayer, pero seguirán allí sin detenerse hasta el 19 de junio, todos los días de 10 a 17. Quien también ayer dio las puntadas iniciales fue otra descendiente, pero no de Belgrano sino de la mujer que cosió en 1812 la primera bandera argentina. Gabriela Fernández Díaz es chozna de María Catalina Echeverría de Vidal (una placa en el Pasaje Juramento la recuerda). "La relación viene a través de Vicente Anastasio Echeverría, el único rosarino que estuvo en el Cabildo Abierto de 1810", relató. Y continuó la historia: "Anastasio era amigo personal de Belgrano. Por eso, cuando el general vino a Rosario para inaugurar las baterías de Independencia y Libertad, se hospedó en la casa de su amigo y ella (María Catalina) se ocupó de empezar a coser la bandera", finalizó. Ambos descendientes mostraron emoción por compartir el proyecto de la bandera más larga del mundo. Sin embargo, Belgrano aprovechó la oportunidad para expresar su descontento hacia otros argentinos. "Viajé mucho por el exterior y me encontré con que el argentino fuera del país es patriota, pero no adentro. Todavía hay gente a la que le da vergüenza cantar el Himno, llevar una escarapela o acercarse a un acto", acusó. Además, apuntó al gobierno: "La mayoría de los gobernantes no tiene idea de si hay descendientes de los fundadores de nuestra patria".
| |