Colin Powell ofreció una conferencia de prensa en la Casa Rosada en la que increíblemente no medió traducción oficial simultánea y que tuvo como marco una caótica situación donde periodistas nacionales y extranjeros tuvieron serias dificultades para desarrollar su tarea. Powell habló con la prensa en el Salón Sur de la sede gubernamental, que resultó pequeño e inapropiado para la enorme cantidad de periodistas, camarógrafos y reporteros gráficos que cubrían el encuentro. El gobierno había previsto que se realizaran cuatro preguntas -dos de la prensa argentina y dos de la norteamericana- dado que Powell tenía apuro por regresar a su país y debía llegar a tiempo a Ezeiza para abordar el avión. Sin embargo, el gobierno no tuvo en cuenta la necesidad de que las respuestas de Powell fueran traducidas en forma simultánea al español, como es habitual en estos casos. Para enmendar la situación, la traductora oficial de la Presidencia, Ana Braun, se encargó de pasar al español las respuestas de Powell, aunque varios minutos después de que éste se retirara de la Casa Rosada.
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