Fabiana Monti / La Capital
"Hace unos cincuenta años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto". Esta frase pertenece al escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez, cuando describe lo que el denomina "el mejor oficio del mundo". La realidad es que, como ha sucedido en distintas partes del planeta, en Rosario, en los últimos diez años, se ha ampliado la oferta de institutos de periodismo en virtud de una creciente demanda que genera una sociedad atravesada por los medios de comunicación. La Capital rastreó qué ofrece la formación en esta área y cómo se han modificado las currículas en función del avance de la tecnología y la posición social que ocupan los medios. Como ha sucedido -y sucede- con abogacía o medicina, en la actualidad, ser periodista, está instalado en el imaginario de muchos jóvenes como una posible salida laboral. Aún cuando por mucho tiempo, cómo lo señala Gabo, el periodismo era un oficio que se aprendía en el lugar de trabajo, el mayor desarrollo tecnológico junto al surgimiento de las carreras de comunicación o periodismo, le imprimieron otro perfil a la profesión. Según señaló María Inés Suidini, directora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en la década 70, cuando comienza a dictarse esta carrera, los primeros docentes eran personas que venían de una larga trayectoria de trabajo en medios. También agregó al respecto que " en la década del 90 hubo una explosión en la matrícula de la carrera y en los últimos tres años se dio un piso en el número de inscriptos", aunque aclaró que el perfil de la carrera de comunicación no se recorta en el periodismo. Desde su perspectiva, hubo un cambio en la sociedad con respecto a los medios de comunicación en las últimas décadas y se ha instalado el concepto de comunicación también en las instituciones públicas y privadas, lo que ha generado una mayor demanda. A la luz de estas transformaciones los planes de estudio de la carrera tuvieron modificaciones, también el hecho de que surgieran nuevos espacios dónde estudiar periodismo. "En Argentina, todavía queda mucho por hacer. Un primer cambio fue la necesidad de emparejar el tema de los contenidos y el desarrollo de las tecnologías en el mundo. Comunicación sigue siendo una carrera muy joven y por eso toma mucho de otras disciplinas como la psicología o la sociología para nutrirse académicamente", resaltó y agregó: "También se está ampliando por una fuerte demanda en instituciones tanto públicas como privadas, hacia la comunicación institucional, habida cuenta que el mercado laboral en medios en Rosario es reducido". En cuanto a la inserción laboral de los profesionales, si bien no existe un estudio sistematizado al respecto, se observa una creciente incorporación de los graduados en distintos medios de comunicación e instituciones. Otro punto que se está reforzando en la currícula es el de la ética profesional ya que acompañando al proceso general de degradación que transitó la sociedad, la profesión no quedó al margen de estas críticas. Carlos Molfino, titular de Taller Escuela Agencia (TEA) indicó que a lo largo de la trayectoria del instituto (9 ciclos lectivos) hubo dos grandes cambios en la currícula de las carreras: "Uno fue en materia de los avances de la tecnología ya que, por ejemplo , en el 94 no teníamos página de Internet. La otra tiene que ver con el proceso de globalización de los medios y la necesidad de los manuales de estilo. También hubo que agregar la necesidad de conocer las reglas del juego que uno juega, como el tema de la legislación, derecho a réplica, entre otras cuestiones", indicó. En Rosario, la oferta educativa para la formación de periodista se ha ampliado y actualmente suman nueve los lugares donde puede estudiarse la carrera. La mayoría son institutos privados y ofrecen tecnicaturas (ver aparte). Lo que distingue una oferta de otras es la calidad de la enseñanza y por ende la formación de los docentes que dictan las materias, el equipamiento tecnológico y el acceso a pasantías. En ese sentido, a partir de la demanda de muchos graduados terciarios, de obtener un título universitario para una mejor inserción laboral, este año comenzó el dictado postítulo de comunicación en la UNR que tiene por objetivo la formación, actualización y profundización universitarios de los graduados en ese nivel. Para diseñar dicha titulación y precisar las necesidades, se realizó un trabajo de relevamiento a cargo de docentes y alumnas pasantes de la Escuela de Comunicación Social. Según señala el informe, las características de los espacios laborales -movilidad, orientación a resultados en el corto plazo, cambios permanentes- apuntan a un profesional que cuente con un abanico amplio de competencias, destrezas y saberes para intervenir creativamente en la gestión de acción y productos comunicacionales. Los entrevistados -alumnos del último año de distintos institutos terciarios- señalaron que si bien en los mismos el énfasis está puesto en las prácticas profesionales, consideraron que su formación debería poner mayor acento en los marcos conceptuales que aportan las teorías de la comunicación desde dónde poder operar sus prácticas profesionales. También señalaron la necesidad de profundizar el tema de escritura ya que, según señaló el estudio, se observaron dificultades de redacción, potenciado por la escasa práctica de lectura. Otras de las conclusiones que arroja el informe es la demanda de mayor capacitación en metodología de la investigación, de manera de tener técnicas más adecuadas para recolectar la información e interpretarla. Además, señalaron también como importante, poner mayor énfasis en conceptos y categorías de análisis que les permitan interpretar lo social y político, de modo de tener mayores argumentos que permitan tener como destinatarios a diferentes públicos. Por último, hacer hincapié en el uso y desarrollo de nuevas tecnologías también fue considerado un elemento importante para el desarrollo de la profesión. En el caso de los estudiantes de comunicación social, la mayor queja suele estar en la falta de práctica que prepare para la futura inserción laboral. "En comunicación, estamos intentando superar la tensión entre teoría y práctica y esto se está reflejando en los distintos seminarios de integración", aclaró Suidini. En cuanto a si la profesionalización del oficio tuvo un impacto en la labor periodística, Molfino sostuvo que sí se ha manifestado, por cuanto los profesionales poseen una abanico de herramientas y conceptos que les permiten hacer mejor su trabajo. No obstante, resaltó que en los medios todavía persisten los autodidactas y su tarea, en la medida que puedan aggionarse a los cambios de estos tiempos, tiene un gran valor profesional. "La formación no termina con el título sino que es necesaria la actualización permanente", sintetizó.
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