Eduardo Caniglia / La Capital
Nuevamente las calles de los barrios Ludueña y Empalme Graneros fueron el escenario elegido por los familiares de Juan Alberto Rueda, el chico de 16 años asesinado hace un mes por resistirse al robo de su bicicleta, para que su súplica casi silenciosa sea escuchada por los testigos del crimen. Es que hasta el momento, el juzgado de menores que interviene en el caso no tiene elementos probatorios que involucren a los dos sospechosos del homicidio. La marcha salió de la casa de Juan, en Garzón al 1200 bis. Familiares y vecinos caminaron por Juan José Paso y enfilaron hacia la comisaría 12ª. Con ellos iban los padres de Carlos Gauna, el chico abatido por un policía del Comando Radioeléctrico, y los parientes de Carlos Fernando Achával, otro chico de 16 años que fue asesinado por resistirse al robo de sus zapatillas, el 6 de abril pasado. A las familias de los tres jóvenes los unía el mismo reclamo de justicia por las muertes violentas que surcaron Ludueña. Tal es la situación de Gladis Gauna. "Es la primera marcha en la que me uno a esta familia por el tema de la inseguridad. Creo que los casos ocurridos en este barrio hace necesario que le encontremos algún tipo de solución", explicó la mujer. A unos pocos metros, un grupo de chicas enfundadas en remeras con la inscripción "Justicia por Carlos" acompañaban a una barriada que pide a gritos poder salir a la calle sin miedo a perder la vida. Osvaldo Rueda, padre del menor asesinado, suplicó una vez más que los habitantes de la barriada derroten al temor que al parecer los paraliza y se presenten ante el juez Cartelle a brindar su testimonio acerca del violento suceso. "Pido por favor que aparezcan testigos y que no tengamos más miedo", rogó el hombre mientras sostenía junto a su esposa un retrato de Juan. Cuando los manifestantes doblaron por Pedro Lino Funes, un pancarta que cubría todo el ancho de la calle sobresalía del resto de los carteles. Con letras multicolores pedían cárcel a los asesinos de Carlos Pocho Achával. La marcha se detuvo frente a la comisaría 12ª, donde Osvaldo Rueda, su esposa, Marta Susana Ayala y Carlos Achával, padre del otro menor asesinado, conversaron con un oficial. También caminó junto a los parientes de Juan, su suegro, Oscar Véliz, quien se quejó porque el presunto homicida, apodado Bebe, está bajo el régimen de arresto domiciliario mientras el otro menor sospechado por el crimen continúa preso. "Lo vieron (al Bebe) en una bicicleta por Juan José Paso", indicó. Véliz también afirmó que hay un testigo que presenció toda la secuencia del suceso, pero hasta ahora no rompió el silencio por temor a las represalias que pudiera sufrir. Un rato antes Osvaldo Rueda había reclamado que el juez a cargo del caso "sea justo y no largue a los asesinos de mi hijo". Juan Rueda fue asesinado el 7 de mayo pasado. El chico fue interceptado por los delincuentes en Bielsa y Camilo Aldao, pero intentó evadirlos. Entonces le dispararon dos tiros y uno de los balazos atravesó la espalda del muchacho. A pesar de estar malherido, siguió corriendo hasta una verdulería de French y Camilo Aldao, donde falleció antes de que pudieran atenderlo.
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