Bogotá. - El ejército colombiano negó el asesinato de 11 niños paramilitares, como lo denunció ayer un escuadrón de ultraderecha que rompió el diálogo de paz con el gobierno. El gobierno de Alvaro Uribe, por su parte, confió en que la suspensión del diálogo con una facción paramilitar no afecte la marcha de las conversaciones con los demás grupos de extrema derecha, y aseguró que espera iniciar pronto la fase de negociación con esas organizaciones.
"Esperamos que esto no afecte los diálogos. Hay que esperar obviamente la investigación sobre el incidente y lo que el señor alto comisionado prevé es que podamos reactivar las conversaciones con este bloque de las autodefensas para lograr que se desmovilicen lo más pronto posible", expresó el vicepresidente Francisco Santos.
Diálogo interrumpido
Santos se refería a la decisión de un grupo paramilitar de suspender las conversaciones con el gobierno a raíz de la muerte el viernes, a manos del ejército, de 11 combatientes que, según dijo, eran menores de edad que iban a ser entregados este sábado a organismos humanitarios para su reinserción a la vida civil.\El alto comisionado para la paz del gobierno, Luis Carlos Restrepo, y la jefatura militar aseguraron que las personas muertas no eran menores de edad y que fueron abatidos cuando se disponían a atacar a un convoy del ejército en una zona rural del oriental municipio de Puerto Gaitán. Los combatientes pertenecían a las Autodefensas Campesinas de Meta y Vichada.\Según el vicepresidente, pese a este y otros incidentes el diálogo de paz con los paramilitares "va bien".\"Es un proceso que va bien. Obviamente está siendo manejado con toda la confidencialidad que el presidente Alvaro Uribe ha dicho se debe tener no sólo aquí sino en cualquier proceso de paz. Simplemente esperemos que el alto comisionado, que es el vocero en este caso, planteé en qué punto exactamente está", señaló. Santos también destacó la voluntad de paz de los paramilitares y confió en el pronto inicio de la fase de negociación.\"Hubo una demostración de voluntad, que es lo primero que el gobierno exigió. Obviamente hubo problemitas, pero la mayoría de ellos se resolvió, y lo que nosotros esperamos es que una vez ya quede esta voluntad totalmente constatada, podamos pasar al proceso de negociación que lleve a una desmovilización rápida de estos grupos", puntualizó.\Desde enero pasado, el gobierno de Uribe inició por separado diálogos exploratorios con las más importantes facciones de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), la organización que reúne al grueso de los paramilitares del país (unos 10.000 hombres según las autoridades). Pero destacados escuadrones que operan en el departamento de Antioquia y la frontera noroeste con Panamá se niegan a acudir a la mesa, en tanto que los paramilitares del este del país, al que pertenecen los grupos de Meta y Vichada, habían amenazado en varias ocasiones con retirarse del proceso. (AFP y DPA)