Por primera en la historia nuestro país será sede del Campeonato Mundial de Carrovelismo -Land Yacht-, una especie de "Fórmula 1 del Viento". La actividad -que siempre se realizó en circuitos europeos- ahora tendrá como escenario las especiales playas de la ciudad chubutense de Rada Tilly, donde pilotos de varios países desplegarán las velas multicolores de los veloces vehículos, que en plena recta llegan a desplazarse a 180 kilómetros por hora.
Faraones egipcios, emperadores chinos y príncipes europeos, fueron algunos de los precursores en el diseño de estos fantásticos carros a vela, impulsados por el viento. Por primera vez en la historia de este apasionante deporte amateur una competencia mundial se correrá fuera de los circuitos europeos, concretamente en las playas de arena del balneario de Rada Tilly.
Así lo determinó la Federación Internacional del deporte, Fisly, durante la última reunión realizada en Bélgica, y a la que asistieron los pilotos argentinos y miembros de la Asociación Patagónica de Carrovelismo, Pablo Reyes y Gustavo Belchior, principales gestores de que Argentina sea la sede del Campeonato Mundial de Land Yacht 2008.
La cuna de este deporte es Francia, donde se inició 100 años atrás, país que cuenta con 100 pilotos de carrovelismo federados, además de 6 clases de competición y cerca de 200 clubes.
En tanto que en Argentina la práctica del carrovelismo se inició hace 20 años, actualmente tiene 60 pilotos federados y compite sólo en la clase standard.
Razones de la elección
La suave y compacta arena de la playa radatilense, el viento patagónico y la adecuada infraestructura hotelera, además de los muchos atractivos turísticos de esta región de la Patagonia, fueron argumentos determinantes para que los miembros de la Fisly eligieran a Argentina como sede de esa competencia.
Entre las distintas categorías del Land Yacht Internacional se puede decir que la mayor atracción es la Clase III, a la que se considera la "Fórmula Uno del Carrovelismo", que se disputa con vehículos que pesan unos 100 kilos y que en las rectas alcanzan una velocidad superior a los 150 kilómetros por hora.
Pero tanto los pilotos como los miembros de la Asociación Patagónica de Carrovelismo aceptan todos los desafíos y aguardan a los experimentados deportistas que vendrán a competir a una lejana y hasta ahora desconocida playa cercana al fin del mundo.