El argentino Omar Narváez (50,802 kilos) pasó con suma comodidad la tercera defensa de la corona mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), noqueando tecnicamente en cinco rounds al fajador mexicano Everardo Zihua Morales (50,550), que lejos estuvo de presentar una dura oposición. La pelea se desarrolló en el Luna Park y lejos estuvo de ser la pelea más exigente en la carrera del chubutense, como se suponía por el historial del visitante. La pelea, como tal, sólo duró un round, ya que sobre el final del asalto inicial el visitante sintió una zurda voleada del argentino y se le aflojaron las piernas. La campana salvó al pugilista azteca pero la suerte de la pelea quedó sellada, ya que Morales nunca se recuperó de esa mano. Por eso en los rounds siguientes el argentino acentuó su dominio, pese a su menor talla y alcance de brazos, pero su mayor velocidad y vigor presagiaban una definición antes del límite. La que llegó en el último minuto de la quinta vuelta, cuando otra zurda larga de Narváez envió al mexicano a la lona, el árbitro norteamericano Bill Connors hizo la cuenta de protección y dio el pase, pero una nueva andanada del argentino obligó a la interrupción del pleito, con un Morales visiblemente conmocionado. El pupilo de Carlos Tello cumplió así una convincente labor y mostró afianzamiento como campeón, aunque lo muy poco que desplegó el mexicano deja una duda sobre cuál es su techo. Y tampoco se pudo dilucidar si su exceso en el pesaje de ayer (debió hacerlo dos veces para entrar en el límite de los 50,802 kilos) tuvo que ver con una preparación que no alcanzó los 10 puntos o simplemente fue un accidente. Algo que se podrá dilucidar ante un oponente de envergadura como el ruso Alexander Mahmutov o el australiano Hussein Hussein, o en una pelea unificatoria ante el puertorriqueño Eric Morel o el colombiano Irene Pacheco.
|  Narváez fue un huracán y así venció al mexicano. |  | Ampliar Foto |  |  |
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