Año CXXXVI
 Nº 49.859
Rosario,
domingo  01 de
junio de 2003
Min 15º
Máx 25º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Los traslados del esqueleto del navegante dan origen a una aguda controversia
Intentan develar centenario enigma sobre la verdadera tumba de Colón
Exhuman los restos de dos sepulturas en Sevilla, donde creen que reposan el almirante y uno de sus hijos

Jorge Vogelsanger

El misterio sobre la tumba de Cristóbal Colón podría estar cerca de llegar a su fin. Mañana serán exhumados los restos de dos tumbas expuestas en la catedral de Sevilla, en el sur de España, y que se supone guardan las osamentas del descubridor de América y de su hijo Hernando.
El objetivo es determinar, mediante un análisis genético, si los huesos del almirante realmente se encuentran en la capital andaluza, como afirman en España, o si, por el contrario, están en lo cierto los que sostienen que su tumba se encuentra en el famoso Faro de Colón en Santo Domingo, República Dominicana.
No se descarta, sin embargo, que ambas partes tengan razón, ya que a lo largo de los siglos, los restos del gran navegante cambiaron de sitio en varias ocasiones, en una especie de odisea póstuma que podría haber provocado que sus huesos quedaran repartidos entre las dos orillas del Atlántico.
La investigación corre a cargo del genetista José Antonio Lorente, director del laboratorio de identificación genética de la Universidad de Granada, su hermano Miguel, de profesión forense, así como de los profesores Marcial Castro, historiador y genealogista, y Sergio Algarrada, biólogo.
La idea es cotejar el material genético que se obtenga con los restos que hay en Santo Domingo.
"Queremos determinar si los restos que hay en la catedral de Sevilla son los de Cristóbal Colón y, si en su momento se puede tener acceso a ellos, demostrar si los que hay en Santo Domingo son también de Colón o de otra persona", explicó Lorente.
El estudio antropológico que los científicos iniciarán mañana comprende hacer fotografías y radiografías, precisó Lorente, para agregar que será necesario analizar los restos de Hernando Colón, pues según los historiadores siempre estuvo en el mismo sitio que el descubridor de América.
Los investigadores también examinarán los restos de Diego Colón, hermano menor de Cristóbal, que ya fueron exhumados en septiembre pasado en la isla sevillana de La Cartuja.
Lo único que se sabe con certeza es que el almirante murió el 20 ó el 21 de mayo de 1506 en Valladolid. Pero el destino de sus restos es un enigma que ocupa a los historiadores desde hace siglos.
El objetivo del proyecto, empero, no es sólo averiguar cuál de las dos tumbas es la auténtica, la del "Faro a Colón" en el país caribeño o la que se encuentra en la catedral de la capital andaluza.
Con ayuda del ADN, el equipo de científicos quiere resolver además el otro gran misterio en torno al ilustre navegante: ¿Era Colón genovés o nació en realidad en la isla española de Mallorca, como hijo bastardo de Margalida Colom y el príncipe de Viana, según afirman algunos historiadores?
Lorente adquirió fama en su país por las investigaciones que condujeron a la identificación de milicianos republicanos que durante la Guerra Civil en España (1936-1939) fueron fusilados por las tropas del después dictador Francisco Franco y enterrados en fosas comunes que ahora están siendo abiertas. También colaboró en la búsqueda de los desaparecidos durante las dictaduras en América Latina.

De Sevilla a Santo Domingo
El misterio en torno a los huesos de Colón surgió en 1509. Tres años después de su muerte -sin pena ni gloria, porque había caído en desgracia con los reyes de España-, sus restos fueron trasladados a la iglesia sevillana Santa María de las Cuevas.
Y en 1537, en cumplimiento de la última voluntad del almirante, su osamenta, junto a la de su primer hijo, también llamado Diego, fue llevada a la catedral de Santo Domingo. Cuando la isla, entonces llamada Hispaniola, fue cedida por los españoles a Francia en 1795, sus restos -o los que se consideraron como tales- fueron exhumados y trasladados, en una primera etapa, a La Habana.
Pero cuando Cuba logró la independencia en 1898, los huesos fueron llevados de vuelta a Sevilla. Eso es al menos lo que sostiene una parte de la comunidad científica.
En República Dominicana, en cambio, están convencidos de que los españoles se llevaron por equivocación la urna con los restos de Diego, el hijo de Colón, y que la del almirante nunca abandonó la isla.
Esta tésis parece confirmarla un hallazgo del año 1877. Durante unas obras en la catedral de Santo Domingo, apareció una caja funeraria de plomo con 13 huesos pequeños y 28 grandes con la siguiente inscripción: "Urna (...) de los restos del primer almirante Don Cristoval Colon". Dentro de ella se encontraba además una bala de plomo que algunos atribuyeron a un disparo que el almirante recibió siendo joven.
Para más confusión, hay quienes aseguran que el cuerpo de Colón nunca abandonó Sevilla o que sus restos permanecen en Valladolid.
El segundo enigma a resolver es el de la ascendencia del navegante. Según muchos libros, Christophoro nació en Génova en 1451 como hijo del comerciante textil Domenico Colombo y Susana Fontanarosa. Pero entonces, ¿por qué las notas personales de Colón están en castellano y por qué no se definía a si mismo como genovés? \En cambio, Colón solía firmar como "almirant", es decir, en catalán o mallorquín, lo que algunos interpretan como indicio de que en realidad nació en Mallorca. (DPA)



Las dos urnas de plomo en el llamado "Faron de Colón".
Ampliar Foto
Notas relacionadas
El último viaje
Diario La Capital todos los derechos reservados