Con todos los números en rojo

Mario Candioti / Ovación

Salvo por los vientos renovadores que soplaron en los últimos días -cualquier inicio de una nueva etapa llega precedida de una lógica esperanza-, la realidad de Independiente dista de ser la del equipo que consiguió el último título del fútbol argentino, el torneo Apertura.
El rojo de Avellaneda -contando con el fuerte apoyo del empresario Daniel Grinbank- se reforzó de manera conveniente y ya marcaba diferencias desde el inicio mismo del certamen. Ya en la 7ª fecha había tomado la punta y no la largó hasta el final.
Hoy, la realidad dista de aquella exitosa campaña. Con la misma base de jugadores pero sin el mismo entrenador -Gallego terminó abruptamente su relación contractual el martes y el miércoles se hizo cargo Oscar Ruggeri- Independiente navega por la tabla de la intrascendencia en este Clausura aferrándose a su 15º puesto, con apenas 14 unidades y sólo tres partidos ganados en 13 presentaciones.
Tan floja es hasta el momento la estadística del rojo que, junto a Arsenal, Chacarita y Huracán, es uno de los equipos que no ha conseguido ganar en lo que va del Clausura en condición de visitante (ver infografía). Un dato a tener en cuenta por los canallas, rival esta noche de los ahora dirigidos por el Cabezón Ruggeri.
Incluso no deja de llamar la atención la actual endeblez goleadora del Rey de Copas: a esta altura del campeonato pasado llevaba convertida la friolera de 37 goles (finalizó el torneo con un total de 48) mientras que a igual cantidad de fechas en el presente campeonato sólo lleva anotados 11 (3 de ellos de penal, todos convertidos por Federico Insúa). Su máximo goleador en el Apertura 2002, Andrés Silvera, llevaba marcados 13 tantos en igual cantidad de fechas. Hoy, el delantero surgido de la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) de Comodoro Rivadavia apenas cosechó dos tantos en 13 jornadas.
Independiente llegará al Gigante con su malaria a cuestas. De todos modos, no es un rival para menospreciar ni mucho menos. Al fin de cuentas, las estadísticas son nada más que eso. Central no debe fijarse en los números, sino en sí mismo.