Ante la denuncia difundida el jueves último por el diario New York Times, el grupo farmacéutico Bayer negó las acusaciones. "Las decisiones adoptadas hace cerca de dos décadas fueron tomadas teniendo en cuenta las mejores informaciones científicas disponibles en esa época y respetando las reglas en vigencia", afirmó la empresa, para justificar la comercialización del peligroso producto a países como la Argentina. "Bayer siempre actuó de manera responsable y humana para brindar productos a los hemofílicos", agregó. Pero, según el periódico estadounidense, una filial de Bayer, Cutter Biological, continuó comercializando productos que presentaban un riesgo elevado de contaminación del sida a algunos países como la Argentina cuando el grupo ya vendía productos más seguros, tratados con calor, en Estados Unidos y Europa. Cutter habría introducido ampollas más seguras a partir de febrero de 1984, pero continuó durante un año más vendiendo productos juzgados de riesgo en América del Sur, en particular en Argentina, y en Asia, especialmente en Japón, Indonesia, Malasia, Hong Kong, Taiwán y Singapur, según afirma el periódico, que cita documentos internos del laboratorio alemán. "Cutter parece haber exportado en total más de 100 mil ampollas" de la sustancia en cuestión, denominada "factor VIII concentrado", por un valor de "más de 4 millones de dólares, después de haber comenzado a vender el producto más seguro", escribió el periódico New York Times. En Estados Unidos, la empresa Bayer envió en 1997 unos 300 millones de dólares a un fondo de indemnización para hemofílicos contaminados. Nada hizo por la Argentina.
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