Año CXXXVI
 Nº 49.855
Rosario,
miércoles  28 de
mayo de 2003
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La opinión de docentes y estudiantes de los diferentes niveles
Los educadores piden calidad y equidad para todos

Marcela Isaías / La Capital

Los reclamos de los docentes en materia de educación no son un secreto: calidad, equidad y una política acorde con un modelo de país que atienda las necesidades sociales. Hay coincidencia también en demandar una mayor valoración de la profesión y, consecuentemente, una capacitación permanente para la tarea. Estos y otros puntos figuran como prioritarios cuando se invita a opinar a los educadores de distintos niveles respecto de las expectativas que abre el nuevo gobierno que asumirá mañana, y en particular sobre el nombramiento de Daniel Filmus al frente de la cartera de Educación nacional.
La trayectoria académica del ministro designado es reconocida por los docentes. Filmus es sociólogo y se desempeñó hasta su nombramiento como secretario de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Desarrolló desde ese lugar una serie de programas sumamente innovadores que le valieron el reconocimiento de los maestros, padres y estudiantes. Antes de su inicio en la función pública había estado al frente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y, en su momento, se desempeñó como asesor de la ex ministra de Educación Susana Decibe, cuando ella estaba en el lugar que ahora le tocará ocupar a él.
Los docentes han depositado en Filmus sus esperanzas; así lo insinuó Marta Maffei, la titular del gremio que agrupa a los docentes a nivel nacional (ver aparte). Es que desde hace varios años, al menos desde el gobierno de Fernando de la Rúa, la política educativa a nivel nacional se ha caracterizado por su inercia, brillaba pero por su ausencia y por la incapacidad por resolver las profundas diferencias que existen en el acceso y permanencia en el sistema en cada provincia. Todo esto pone a Daniel Filmus, sin dudas, en el desafío de devolver al Palacio Pizzurno su protagonismo. Y al parecer está decidido a hacerlo, porque antes de asumir ya prometió que cumplirá con el pago del incentivo y trabajará para garantizar calidad educativa para los alumnos del territorio nacional, además de mostrarse dispuesto a corregir el magro presupuesto universitario.
De todas maneras, cuando se consulta a los docentes sobre qué consideran que deberá priorizar el nuevo ministro en materia educativa, ninguno se detiene en el reclamo salarial, a pesar de que ya constituye una demanda histórica del sector. En este sentido, Adriana Chiroleu, coordinadora de la maestría en educación superior sobre política y gestión (UNR), sostiene que "cualquier política de educación superior no puede de ninguna manera estar disociada del proyecto de país y de las políticas sociales a las que apunta el nuevo gobierno". Recordó que las estrategias sustentadas en los 90 en materia educativa guardan una estrecha relación con el modelo de país de ese entonces. Consecuencia de esto resultó la fragmentación del nivel superior de la educación y la discriminación en el acceso según el poder adquisitivo. Además, añadió, "en nombre de la equidad y la excelencia (calidad) se llevaron adelante propuestas que nada tuvieron que ver con mejoras en la educación".
Para esta especialista universitaria, Filmus es un académico con una trayectoria seria, por eso piensa que una tarea que le tocará será devolver al nivel superior la unidad como tal y no diferenciar entre terciarios universitarios y no universitarios. También mejorar el presupuesto en materia de ciencia y tecnología si pretende mejorar el sector. Pero siempre, insistió Chiroleu, "teniendo en claro el modelo de país que se pretende".
Justamente en los 90 se puso en práctica la ley federal de educación, que en abril de este año cumplió 10 años. Más allá de que muchos reconozcan que la norma es la primera que dio un marco general al sistema educativo, las opiniones sobre su implementación son disímiles, sobre todo porque los cambios generados en la estructura del sistema han traído bastante desconcierto en las provincias y entre los docentes, desplazando la columna vertebral de la transformación, que debieron ser los cambios en los contenidos y los diez años de obligatoriedad.
Al respecto, es bueno recordar que por estos días no pocas escuelas de nivel medio y técnico han tomado la iniciativa y se encuentran trabajando conjuntamente en lo que será un primer congreso provincial, en el que se piensa debatir sobre el presente y futuro de lo que antes era conocido como escuela secundaria. Es que la incertidumbre que han generado los cambios que bajan las autoridades se vuelven un tema obligado de discusión y análisis para estos profesores



Los maestros dicen que deben capacitarse.
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