"Justo en lo mejor de mi vida" permite replantearse hasta dónde sirve postergarse en la vida, y muestra esa faceta oscura, acomodaticia y conservadora muy típica en algunas familias de clase media argentina. En base a un relato con una estructura lineal, el director Julio Baccaro permitió acertadamente que Luis Brandoni se luzca sin hacer un gag cada cinco minutos, lo que hubiese gastado sus intervenciones. El viejo truco de esconder las miserias abajo de la alfombra queda expuesto en una comedia que roza el drama en algunos tramos, especialmente en los encuentros de Enzo (Brandoni) con su hija (una sólida Valeria Lorca). En un elenco aceptable se destacó el trabajo de Alejandro Awada -sobre todo por su economía de recursos-, fue un poco flojito lo de Daniel Miglioranza, y María Cristina Laurenz cumplió sobradamente con su rol de viuda desesperanzada y en chancletas.
| |