El toque sutil de humor en las misiones imposibles de la brigada simuladora es lo distintivo del nuevo envío de Telefé. Ya desde la presentación hay guiños que adelantan que lo que vendrá será llamativo. Los cuatro protagonistas caminan bajo la lluvia, como en el ciclo del año pasado, pero en esta oportunidad tienen pilotos beige en vez de negros por una cuestión tan estética como metafórica. Lo simpático es que en ese andar hacen un saltito chocando los talones, un recurso típicamente chaplinesco. Pero hay más. Ese salto está indicando que ni los propios simuladores se toman todo tan en serio. En sus emisiones puede leerse una denuncia implícita hacia las injusticias de estos tiempos, pero también hay una actitud de desdramatizar y de tomarse en solfa el modo con que eligen resolver los problemas.
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