Mauricio Tallone / La Capital
Las minucias de un tostado a punto de ser sacrificado reposan sobre una de las mesas del primer piso del hotel Holiday Inn. Ariel Arnaldo Ortega se acurruca en la silla elegida para la ocasión, extravía la mirada y apela a su habitual introversión para tenderle un biombo imaginario a los tentáculos de la popularidad. Visto así, sin el maquillaje reconocible de una camiseta de fútbol, el Burrito también se resiste a aprender la letra que a menudo le dicta la fama. Pero como Ortega tiene licencia para sentir, apenas se topa con el grabador de Ovacion su predisposición germina laxa, casi con la misma naturalidad de engaño que insinúa con la gambeta. Entonces el ovillo del diálogo empieza a desarmarse por la punta de su fallida aventura en Fenerbahce de Turquía y se estira hasta la hora de partida a la localidad de Alvarez para despuntar la manía de la pelota jugando un partido a beneficio.
-¿Qué tiene que pasar para que vuelvas a jugar?
-Ahora tengo que esperar hasta junio. La idea es que el litigio se resuelva en ese mes a través de una decisión de Fifa que determine una indemnización para los turcos y una vez solucionado ese tema entonces sí yo podré negociar directamente con River.
-¿Estás ansioso por volver?
-Sí, la verdad ya no aguanto más. Quiero que se solucione este inconveniente con la gente de Fenerbahce lo antes posible. Ya pasó demasiado tiempo desde que me volví de Turquía y necesito estar nuevamente dentro de una cancha.
-¿Por lo que decís pensabas estar menos tiempo inactivo?
-No, no. Ya sabía que esto iba a ser así. Pero igualmente el día a día es muy duro. Trato de no volverse tan loco y esperar tranquilo que llegue la resolución en junio.
-¿Qué es lo que más extrañás?
-Yo quiero estar dentro de un campo de juego. Cuando no tengo eso, extraño todo, es como si me faltara algo.
-¿La vuelta es a River o nada?
-Sí, sí. Yo quiero jugar en River, no me importa otra posibilidad. Si me volví de Turquía fue para jugar en River.
-En caso de que no se dé esa chance, ¿qué será de tu futuro?
-Y... no sé. La mano viene bastante complicada para destrabar la situación con los turcos. Ellos invirtieron mucha plata cuando me compraron y no quieren perder todo lo que pagaron. Yo apuesto a que esto se solucione en junio, así puedo volver a jugar.
-¿Pero al menos manejás otra posibilidad que no sea la de River?
-En fútbol nunca se sabe. Pero mi deseo es jugar en River. Están todas las fichas metidas ahí para que en junio me vuelva a poner esa camiseta. Nunca me sentí tan feliz como con esa camiseta.
-¿Qué contestarías si surge una nueva posibilidad de jugar en Europa?
-No, a Europa no volvería más. Si bien en el fútbol nunca hay que cerrar puertas, hoy mi pensamiento está en River.
-¿Qué balance hacés de tus aventuras europeas?
-No soy de analizar ese tipo de cosas.
-¿Pero reconocés que en Europa no te fue bien, ni en Valencia, Sampdoria, Parma y Fenerbahce pudiste demostrar todo tu potencial?
-Puede ser, igualmente en cada equipo en los que jugué tengo recuerdos positivos. Si bien pasaron cosas y futbolísticamente no me fue tan bien como hubiera querido, no me arrepiento de haber aceptado irme.
-¿No te sentís un bicho raro pegando la vuelta cuando la mayoría de los jugadores quieren irse al exterior para asegurar su futuro económico?
-Eso depende del pensamiento de cada uno. Yo ya tuve la posibilidad de estar afuera y nunca me sentí tan bien como en River. Estoy contento con la carrera que tuve, pero hoy mi prioridad pasa por vivir en el país y estar cerca de mi familia.
-¿Tu mayor inconveniente en el exterior fue la adaptación?
-Sí, porque creo que cada vez que me tocó jugar no lo hice tan mal. Por eso no me reprocho nada desde el punto de vista futbolístico, tal vez me costó agarrarle la mano a la vida cotidiana.
-¿En Turquía sufriste horrores?
-Sí, fui con una idea y enseguida me di cuenta de que no era como pensaba. La sociedad turca no tiene nada que ver con la nuestra, me quería volver apenas llegué.
-¿Coincidís con que tu mejor momento en Europa fue cuando estuviste jugando en Sampdoria de Italia?
-Ahí anduve bien, jugué en un nivel muy bueno. Hice goles de tiros libres y jugadas. Pero después llegó como técnico el inglés David Platt y perdí mi lugar porque optó por otros jugadores. Lástima que no pudimos evitar irnos al descenso.
-¿En River sos feliz porque te miman y te perdonan todo?
-Soy feliz porque nací en el club y nunca me trataron tan bien. Las personas para rendir en plenitud tienen que estar bien, y yo me siento contento sólo cuando juego en River.
-¿Te gusta el equipo que armó el chileno Pellegrini?
-Sí, River tiene grandes jugadores y lo está demostrando tanto en la Libertadores como en el Clausura. Creo que Pellegrini ya le encontró la vuelta al equipo y no tengo dudas de que algo va a ganar.
-Desde tu condición de riverplatense, ¿a qué le apuntarías: a la Copa o al torneo local?
-El hincha de River quiere la Libertadores, pero no será nada fácil ganarla. Ahora viene un partido bravísimo contra América de Cali en Colombia y espero que podamos pasar el turno.
-¿El domingo vas a ir a la Bombonera a ver el partido contra Boca por el Clausura?
-No, no creo. Es difícil, no es muy cómodo ir a la cancha de Boca. Si hubiera sido en el Monumental seguramente hubiera ido.
-¿Estás entrenando sólo para no perder condición física?
-Algo siempre hago (risas). Igualmente es difícil entrenarse solo. Ojalá termine lo antes posible esta situación.
-¿No le pediste permiso a Pellegrini para que te dejara entrenar con los muchachos de River?
-Lo que pasa es que no quiero complicar más las cosas. En River no necesito ni pedir permiso para entrenar. Pero hasta que no se resuelva el inconveniente con los turcos es mejor que me mantenga alejado de River.
-La última, ¿estás en condiciones de asegurar que en junio el hincha millonario volverá a disfrutar de tus gambetas?
-Ojalá, es mi máximo deseo.
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La Ciudad
