La charla aparte que mantuvo el técnico Miguel Angel Russo con Figueroa y Delgado, y la casi segura inclusión de Fassi en el banco de relevos en desmedro del pibe Acoglanis, fueron las mayores novedades de la práctica auriazul en tierra cordobesas, más precisamente en el predio La Agustina de Instituto Atlético Central Córdoba. Central arribó el jueves a la noche al hotel Córdoba Plaza, en pleno centro de la capital mediterránea, y ayer por la tarde se trasladó al complejo deportivo de La Gloria, lo cual le demandó al chofer del micro de la empresa Chevalier hacer un curso de manejo, en vista del pésimo camino de tierra (en realidad, barro) que conducía a él. Lo primero que hizo Russo fue charlar aparte con Delgado y Figueroa durante diez o quince minutos, aunque el técnico no quiso ahondar sobre lo que hablaron. "Es por cábala", le contestó irónicamente a asOvacion ", molesto por lo publicado el día viernes de la semana pasada, referido a una de las tantas que tiene, sobre no haber aceptado cambiar el partido para el domingo como lo solicitó Talleres en vista de que le fue de perlas cada vez que se jugó en sábado (disputó 8 encuentros, ganó 5 y empató 3) en este Clausura. Como Russo se mostró cortante y dijo que las cábalas no son lo más importante en su trabajo (bueno sería que lo fueran, aunque no tiene nada de malo resaltar ese aspecto) sólo dejó traslucir algo de sus pensamientos en una comunicación telefónica con Radio La Red de Rosario (su periodista enviado fue Cristián Riquelme), en la cual dijo que la charla con sus delanteros no se debió a cuestiones tácticas y que, si bien no confirmó el banco, Fassi sería el que más le satisface para cumplir diferentes funciones, por lo que Acoglanis se quedaría afuera. Los cinco suplentes serían entonces Castellano, Papa, Fassi, Pablo Sánchez y Mandra. Después de una entrada en calor, Russo hizo mucho hincapié en un trabajo de presión, sobre todo en la supuesta salida de Talleres por la derecha. Allí trabajaron mucho en los relevos, sobre todo cuando Daniel Díaz salía a marcar al delantero que se tiraba por afuera y el Mellizo debía estar atento a suplirlo, mientras Ferrari y Daniel Quinteros también debían cubrir sus sectores retrocediendo. También hubo hincapié en pelota parada y luego de más de una hora de labor, el plantel regresó a descansar al hotel, a la vez que hubo permiso para que los jugadores puedan estirar las piernas por las calles céntricas.
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