Sube la cotización de las viejas fotos de Kirchner

El aumento de la popularidad del presidente electo Néstor Kirchner se reflejó en la cotización de una serie de fotos de su infancia, que se vendían ayer a dos mil pesos cada una en la más antigua casa del ramo de la capital santacruceña.
Con un guardapolvo azul y detrás del mostrador de Casa Roil, el comercio de la calle Zapiola donde un archivo iniciado en 1937 guarda la historia de Santa Cruz en imágenes, el hijo de su fundador explicó que las fotos del presidente electo "se han valorizado por su trascendencia histórica".
Curtidos rostros tehuelches, carretas con aborígenes que hasta bien entrado el siglo pasado se mezclaban con los autos en las calles y la fisonomía de un pueblo de pioneros, que desde los exhibidores son motivo de atracción, fueron esta vez directamente ignorados. Todos piden fotos de Kirchner.
Con decenas de medios nacionales e internacionales a la caza de fotografías para acompañar historias y anécdotas sobre el santacruceño, Juan Roil, a cargo del negocio desde la muerte de su padre, no salía aún del asombro por el acontecimiento.
"Un riogalleguense presidente de la Nación", exclamaba, mientras mostraba, en un negativo sobre vidrio, a contraluz, un grupo de escolares en guardapolvo, en septiembre de 1961. "Este de la izquierda es Néstor (de 11 años en ese entonces). Pero todavía no tuve tiempo de revelar", comentó el fotógrafo.
Imágenes del presidente electo con su traje de primera comunión en 1958, vestido de caballero de Mayo -con lentes y bigotes pintados-, otra tomada el mismo día junto a su prima Graciela Mayán y un plano americano con el cabello casi rapado, surgieron de un sobre junto a otras de la familia de Kirchner.
"Estas -dijo, mientras separaba las más significativas-, cuestan dos mil pesos cada una. Las otras, unos 500". Pero de los medios nacionales que acudieron a Casa Roil en busca de material, ninguno había concretado hasta la tarde de ayer la compra de fotografías.
"Algunos no dicen nada y quedan en volver luego de consultar si les autorizan el gasto. Pero hubo unos que casi se desmayan", relató sonriendo el fotógrafo.