Año CXXXVI
 Nº 49.847
Rosario,
martes  20 de
mayo de 2003
Min 13º
Máx 16º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Inquietud en el sur provincial

Distintos distritos del sur provincial están pendientes de los cursos líquidos que se desplazan en superficie o napas que suben en forma inédita que alteran la fisonomía del lugar y sincronizan los reflejos de vecinos y funcionarios. "No quiero quedar pegado con los que no avisan", sintetizó categórico el presidente comunal de Hughes, Rodolfo Bellomo, que días atrás envió una carta al gobernador Carlos Reutemann reclamando la construcción de un canal para descomprimir los efectos de las masas hídricas en esa región.
Entre los problemas que debe enfrentar, Bellomo apuntó que en su distrito el 80 % de los caminos rurales están cortados en varios tramos, al igual que la ruta 8 que está a punto de cortarse a la altura de los kilómetros 307 y 314 porque el agua que embate contra las defensas construidas en ese lugar superan en 20 centímetros al nivel de la cinta asfáltica. "Desde hace tiempo venimos reclamando la construcción de un canal que pasaría por la estancia La Angelita para solucionar en parte la situación", describió.
Además, el jefe comunal dijo que las napas están a tan sólo 40 o 50 centímetros de la superficie lo que ya provocó el anegamiento de fosas y sótanos. Uno de los barrios periféricos de Hughes, a la vera de la ruta 93, está siendo monitoreado y desagotado con bombas para evitar que ingrese el agua. Los campos del lugar no tienen piso y están encharcados", comentó Bellomo.
En Elortondo la situación no es diferente. Raúl Manassera, portavoz del centro económico local, dijo que este fin de semana se desmoronó un sector de una casa antigua que había quedado sobre un pozo ciego. Pero no fue el único incidente, otros 120 pozos cedieron ante el aumento en el nivel de las napas freáticas; el problema también afectó estructuras de varias viviendas.
"Este fin de semana se trabajó en un edificio donde antes funcionaba un comercio porque se hundió una pared interna al desmoronarse un sótano", explicó Manassera. En distintos puntos de la localidad ya brota agua de las juntas del asfalto y los portones de algunos garajes no cierran porque bajaron las estructuras.
"Otra situación muy delicada es que el acceso de 17 kilómetros a la ruta 33 está destruido", dijo Manassera. La otra vía de comunicación, la ruta 90, está cortada por el agua en el tramo que vincula a este pueblo con Melincué. La única salida asfaltada es por la citada 90 hacia la ruta 8, pero los pozos que presenta el asfalto desalientan a los conductores. Esto tiene su correlato en los bolsillos de la gente, un viaje en remís para llegar a la ruta 33 cuesta unos 15 pesos, el doble de la tarifa normal, en función del riesgo de rotura de los coches.
En el sur-sur provincial las napas volvieron a alcanzar los niveles que dos años atrás produjo el desmoronamiento de varios pozos ciegos. Jorge Furno, un productor de Diego de Alvear, dijo que los caminos rurales están intransitables y los campos anegados y sin piso para las inminente cosecha de la soja de segunda. A pesar de que el nivel de la laguna La Picasa en esa localidad bajó unos 50 centímetros, el escenario sigue sufriendo los efectos del agua que escurre la cuenca. "Las napas están altas, los pozos ciegos están vertiendo en las calles y sale agua de las juntas del pavimento", describió Furno, y asimiló la situación a la vivida por esa localidad dos años atrás. El panorama no es el mejor para los verdeos de invierno y el trigo, acotó el productor, y señaló a la "gran masa de agua que hay en el contorno" como una de las causas del errático comportamiento de las aguas.


Notas relacionadas
Vecinos y bomberos luchan codo a codo contra el avance del agua en Melincué
Diario La Capital todos los derechos reservados