En las entrevistas promocionales de su nuevo disco, Ricky Martin no se cansa de hablar de su transformación interior. "Estaba cansado, muy cansado, a punto de tirar la toalla -aseguró-. Pisaba el escenario y no estaba contento. Llevo catorce años en el mundo de la música y nunca me había sentido así". Según el cantante, "después de «Livin' la vida loca» todo fue tan eufórico, era la locura total. Yo creo que ahora es el momento de parar un poco y canalizar mis emociones", explicó.
El cambio de imagen de Ricky Martin, más maduro y relajado, también incluye una campaña de difusión de sus obras benéficas. El cantante colaboró con Rainforest Foundation, Carousel of Hope y la Asociación Americana del Corazón. En su país natal entregó instrumentos musicales para una escuela, hizo una donación para abrir un centro de rehabilitación para niños discapacitados y participó en una conferencia por la paz y el desarrollo. Uno de sus grandes proyectos es la fundación People For Children para combatir el abuso infantil.
El puertorriqueño habla con entusiasmo de las causas de caridad, sus viajes a la India y de su amistad con el Dalai Lama, pero en lo que se refiere a su vida privada se mantiene bastante hermético. "Me encantan los niños y quiero tener una familia bien grande. No sé para cuándo, eso viene con calma. Quiero tener los hijos que mi mujer pueda, los que mi mujer quiera, esto no será una dictadura", confesó.
El cantante aclaró que por el momento no tiene pareja, y desmintió un romance con la conductora de televisión Rebeca de Alba. "Sólo es mi amiga, como lo es Alejandra Guzmán y Angélica Vale. Claro que yo soy hombre y como tal me gustan las mujeres, por eso tengo muchas amigas", explicó.
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La Ciudad
