Carolina Taffoni / La Capital
Ricky Martin canta desde la ventana de una casa antigua y deteriorada. Los personajes de su último video, "Tal vez", viven en un barrio pobre y tienen cara de angustia y derrota. ¿Dónde quedaron las alegres bailarinas de "Livin' la vida loca"? ¿Dónde están las chicas lujuriosas de "She Bangs", y esas ambientaciones en casas de nuevo rico? Pasa que cayeron las Torres Gemelas, se vino la guerra, el mundo se puso sensible y oscuro, y Ricky Martin y su equipo se dieron cuenta de que "la vida loca" se había terminado. Eso no es todo. En uno de sus temas nuevos, "Asignatura pendiente", una canción firmada por Ricardo Arjona, Ricky Martin canta: "Tengo un club de fans en la luna, una casa gigante que veo desde un avión, un ejército de alcahuetes, y una foto con Bush, una suite en el Waldorf y más autos que amigos". Ese es el Ricky Martin último modelo: un tipo de 32 años que quiere parecer maduro, lookeado tipo James Dean y con un discurso con aires espirituales y reflexivos. Es el Ricky Martin que fue y volvió del "crossover" al mercado del Primer Mundo. Ahora el puertorriqueño regresa con su primer disco en español en cinco años, "Almas del silencio", el álbum que llega hoy a las bateas. Para este regreso Ricky Martin cambió las fichas por completo. Esta vez se deshizo de su infalible colaborador Robi Rosa (gran artífice de su éxito en Estados Unidos) y convocó a una selección envidiable de compositores en español: Alejandro Sanz, Juanes, Estéfano, Ricardo Arjona, Jon Secada y Franco De Vita. La consigna vendría a ser: "Queremos buenas canciones y que encima se vendan bien". La historia cuenta que el cantante estaba grabando un disco en inglés, pero decidió dar marcha atrás. "Tenía 36 canciones listas, pero paré todo porque quería hacerlo en español. Todo el mundo se volvió loco y no entendía nada. Fue una decisión muy idealista y romántica", comentó Ricky Martin. Sin embargo, detrás de ese impulso, parece haber también una estrategia comercial. "Sound Loaded" (2000) no vendió tan bien como "Ricky Martin" (1999), el disco del hit "Livin' la vida loca". Sólo en la Argentina, este álbum vendió 120 mil unidades, mientras que "Sound Loaded" apenas sobrepasó las 50 mil. El regreso al español no es casual, como tampoco los compositores elegidos para "Almas del silencio". Arjona vendió más de 800 mil compactos con "Santo pecado", Juanes alcanzó el millón de copias vendidas con "Un día normal" y Sanz recibió 21 discos de platino por "El alma al aire". El "nuevo" Ricky Martin también asegura haber cambiado a nivel musical. Para él "Almas del silencio" es "un álbum para escuchar sentado", y además disparó que "el latinpop se acabó". "A la hora de grabar conseguí una interpretación bien pura donde dejé de lado el ego y me tomé el tiempo para pulir mi espiritualidad y reforzar mis creencias, abrir bien los ojos y ver cuáles son mis obsesiones, mis subidas y mis bajadas", analizó. De todas formas, en el disco no faltan los temas sexies y bailables, como la caribeña "Besos de fuego", de Juan Zambrano, o la contagiosa "Jaleo", compuesta por el guitarrista de flamenco español Antonio Rayo. Emilio Estefan también aporta su experiencia en hits con "Jamás". Después está el Ricky Martin de viejas baladas como "Vuelve", que se pone en las manos de Franco De Vita ("Tal vez"), Juanes ("Si tú te vas") y Alejandro Sanz ("Almas del silencio"). Ese costado "confesional" del que el puertorriqueño tanto habla sólo se escucha en dos canciones: "Y todo queda en nada" ("Escucho un comentario de todos mis amigos, que me hallan diferente, que estoy tan destruido, qué pena, soy la sombra, soy un desconocido") y en el tema de Arjona "Asignatura pendiente". Esa letra resultó de un trabajo conjunto entre Ricky Martin y el guatemalteco: "Comenzamos unas largas conversaciones sobre mi vida y lo que me afecta. Otras veces le enviaba mis ideas por correo electrónico. Con esos elementos, Arjona escribió una canción que me retrata tal y como soy", explicó el cantante. Pero enseguida aclaró: "Simplemente quería hacer una parodia de mi vida con desapego y una sonrisa en la boca".
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