Juan Aguado es el capitán que mañana llevará la lancha de pasajeros por última vez hasta el lado entrerriano. Tiene 41 años, vive en Victoria y es papá de un bebé de 10 meses y de una nena de 2 años y medio. Pero si bien sabe que se quedará sin trabajo, el hombre no se lamenta. "Tenemos que asumir que llegó el progreso", dijo con convicción, al tiempo que se esperanzó con la idea de que "ya aparecerá otro trabajo". Su historia parece calcada de la de su padre: un lanchero al que la construcción de otro puente también lo dejó sin trabajo. "Conducía la lancha que unía Zárate con Gualeguay y el trayecto se terminó cuando levantaron el puente Zárate-Brazo Largo", recordó. Aguado se define como "un hombre de agua. Siempre estuve en el río, hace 15 años que manejo la lancha a Victoria, pero aunque esto se termine igual voy a seguir en el agua. Algún trabajo va a aparecer", aseguró. Si hay algo que lamenta es que "ya no podremos llevarles las cartas a los isleños". Es que además de trasladar gente, la lancha también lleva encomiendas y mercaderías que les encarga la gente de la isla. Pero lo cierto es que los tiempos cambian. Ahora todo será distinto. Y como dijo el capitán Aguado, "tenemos que asumir que llegó el progreso".
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